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España

Manuel Cobo acecha la presidencia de Ifema tras la caída en desgracia de Luis Eduardo Cortés

Ana Botella y Manuel Cobo, en una imagen de archivo.

El declive del empresario de restauración, presidente de la patronal madrileña y número dos de CEOE, Arturo Fernández, puede tener consecuencias inesperadas. La semana pasada, Fernández cedió el control de su grupo empresarial Arturo Cantoblanco al vender el 51% al fondo Real Investment Holding. La venta supone el epitafio a un noviembre horribilis, en el que el Congreso de los Diputados y la Institución Ferial de Madrid (Ifema) rescindieron sus respectivos contratos con el Grupo Cantoblanco por la deuda cada vez mayor contraída por el empresario. Sin embargo, el descenso a los infiernos de Arturito todavía se notará más en Campo de las Naciones, donde debe más de dos millones de euros.

Y es que Fernández también es presidente de la Cámara de Comercio de Madrid, la cual posee el 31% de Ifema (el mismo porcentaje que Ayuntamiento y Comunidad). El líder de CEIM es vocal de la institución, un cargo que levanta sospechas de favoritismo y prevaricación por la adjudicación del servicio de restauración a alguien de dentro. La capacidad de maniobrar de la Cámara no se detiene ahí: puede nombrar al presidente ejecutivo de Ifema tras los últimos cambios estatutarios. Y el presidente ejecutivo desde finales de 2007 es Luis Eduardo Cortés, un hombre de Esperanza Aguirre que aterrizó en Campo de las Naciones en plena guerra entre la lideresaAlberto Ruiz-Gallardón.

Inesperado desenlace

La rescisión contractual con Fernández deja otra evidencia: la caída en desgracia de Cortés, exvicepresidente de la Comunidad de Madrid entre 1999 y 2003 con Gallardón, del que luego se alejó. Fuentes importantes de Ifema aseguran que los impagos del dirigente empresarial le invalidan para tomar cualquier decisión relacionada con la institución, y una de ellas fue emplazar al todavía presidente ejecutivo. Cuando Gallardón parecía completamente muerto y Aguirre absolutamente viva de sus batallas pasadas, entra en acción un hombre muy próximo al actual ministro de Justicia: Manuel Cobo.

Cobo tiene un cargo de esos que no se dejan ver en el organigrama, coordinador de gestión. Fue nombrado a comienzos de 2012 tras la marcha de Gallardón a Justicia. No parece que desde ese puesto el exvicealcalde madrileño se haya fajado por mejorar la situación económica de Ifema, pero ahora todo podría cambiar: según estas mismas fuentes, Cobo puede ser el próximo presidente ejecutivo, una vez resueltos los litigios contractuales y estatutarios. Un desenlace inesperado para alguien que fue suspendido temporalmente de su militancia en el PP por atacar indiscriminadamente a Aguirre en 2009 en una sonada entrevista con El País.

Sin competencia

Además, Luis Eduardo Cortés era uno de los principales defensores de Eurovegas en Campo de las Naciones contra la opinión del director general Fermín Lucas, quien no veía el proyecto y no ocultaba su opinión. Acertó Lucas, por lo que sale reforzado: la llegada de Cortés en 2007 fue vista como una maniobra de la expresidenta madrileña para rebajar su poder, él, que siempre fue cercano a Gallardón. Entre sus muchas y extravagantes peticiones, el magnate Sheldon G. Adelson quería hacerse gratuitamente con Ifema, algo que no sucederá. A la hora de organizar eventos y congresos, a Ifema no le hará competencia Las Vegas Sands.

Si bien el papel de Fermín Lucas es valorado por muchos trabajadores de la institución ferial, no sucede lo mismo con el de Cortés. Ifema es un cementerio de elefantes del PP cuya plantilla lucha por superar las pérdidas en 2013. 

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