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España

Interior 'blinda' a Falciani con 8 policías y chaleco antibalas para salir de prisión

El hombre más odiado en Suiza es también el más protegido en España. Hervé Falciani, el informático francoitaliano que reveló datos de miles evasores fiscales y que es reclamado por ello por Suiza, abandonó el pasado lunes a las tres de la tarde la cárcel de Valdemoro (Madrid) donde estaba recluido a la espera de que la justicia española decida sobre su extradición al país helvético. Su salida de prisión estuvo rodeada de un importante despliegue de seguridad: ocho policías enviados por el Ministerio del Interior le esperaban a la puerta del centro penitenciario para protegerle. Antes de abandonar el recinto, le invitaron a ponerse un chaleco antibalas, según detallaron a este diario fuentes penitenciarias. Además, la Audiencia Nacional había decidido posponer la información sobre su libertad provisional veinte horas en una decisión inusual que reforzaba las medidas de protección adoptadas para el ex recluso.

La Audiencia Nacional informó con cerca de 20 horas de retraso de la puesta en libertad de Falciani como una medida más de protección

La noticia de su puesta en libertad provisional se conoció ayer sobre las diez de la mañana. A esa hora, la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia Nacional hacía público el auto en el que se decretaba la salida de prisión del antiguo empleado de HSBC en Ginebra. En el texto, los magistrados fijaban para Falciani la obligación de comparecer cada tres días en la comisaría más próxima a su domicilio y la prohibición de abandonar el territorio español. Además, deberá comunicar cuál será a partir de ahora su domicilio en nuestro país y cualquier cambio del mismo. Todo ello mientras las autoridades españolas deciden si finalmente acceden a la petición de Suiza de entregarle.

Lo que no detallaba el auto es que Falciani va a estar constantemente acompañado de policías mientras permanezca en libertad. Y no para impedir una hipotética fuga, sino para evitar que nadie atente contra él. De hecho, el despliegue de seguridad dispuesto por el Ministerio del Interior es calificado de "excepcional", por las fuentes consultadas. "Es la primera vez que vemos salir a un recluso con chaleco antibalas", destacaban a este diarioéstas. Además, no se comunicó a la prensa su salida de prisión hasta que ésta ya se había producido, en un ejemplo más del celo puesto por el Gobierno español para garantizar su vida.

Miles de cuentas opacas al descubierto

Nada extraño si se tiene en cuenta que gracias a la información que ha puesto a disposición no sólo de la justicia española, sino también de la de Francia, Gran Bretaña, Italia y EEUU, se ha podido conocer la identidad de miles evasores fiscales que utilizaron la opacidad bancaria del pequeño país centroeuropeo para evadir miles de millones de euros y dólares sin declararlos en sus países. Una información sensible que el informático francoitaliano obtuvo en 2007, pero de cuya existencia no se tuvo noticia hasta dos años después, cuando la Policía gala encontró todos estos datos durante el registro de su piso. Con ellos, París identificó a más de 4.000 contribuyentes que habían eludido el pago de impuestos.

La Fiscalía se ha opuesto a extraditar al ex empleado de HSBC al considerar que los delitos de los que se le acusa en Suiza no existen en nuestro Código Penal

Sin embargo, la justicia francesa no se limitó a lo que le afectaba directamente a su fisco y facilitó el resto de los datos contenidos en los soportes informáticos de Falciani a otros países, entre ellos España, para que pudieran hacer lo mismo. En nuestro país, en concreto, la información afectaba a 3.000 cuentas y permitió identificar a 659 defraudadores, según informó en 2010 Hacienda. Entre estos contribuyentes estaba el presidente del Santander Emilio Botín, que tuvo que abonar 200 millones como regulización.

La actuación de la justicia francesa provocó en su momento una crisis diplomática entre París y Berna, que siempre ha considerado que la acción del antiguos empleado de banca era un delito muy grave. Una tensión que se trasladó el pasado 1 de julio a España. Ese día, Hervé Falciani fue detenido en el puerto de Barcelona, donde había llegado en barco procedente de Francia. Al comprobar su documentación, la Policía comprobó que había una orden internacional de busca y captura dictada por las autoridades suizas, por lo que procedió a arrestarle. La Sección Cuarta de la Audiencia Nacional debía en los proximos meses si concedía la extradición al país helvético.

Riesgo de extradición

Sin embargo, su situación judicial en nuestro país cambió rápidamente después de que el ex empleado de HSBC mostrase su disposición a colaborar con los tribunales españoes en casos de blanqueo, evasión de capitales y corrupción. De hecho, la Fiscalía ya djó claro a finales de agosto su oposición a la entrega de Falciani en un escrito en el que consideraba que los delitos de los que se le acusa Falciani en Suiza --violación del secreto comercial, espionaje económico y violación del secreto bancario-- no suponen infracción penal en España. De hecho, la ley de Prevención del Blanqueo de Capitales fija todo lo contrario: es obligatorio para los residentes en nuestro país cualquier indicio de evasión. La semana pasada, incluso, solicitó su puesta en libertad alegando la actitud colaboradora del hasta el lunes preso.

Ahora, la decisión de la Sección Segunda de la Audiencia Nacional de ponerle en libertad respalda los argumentos del ministerio público. No obstante, el propio auto judicial deja claro que no se ha cerrado, ni mucho menos, la posibilidad de que finalmente sea extraditado. Pero mientras otros magistrados del mismo tribunal toman esa decisión, Interior ha decidido 'blindar' a Falciani.

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