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Falciani pide que no le extraditen a Suiza porque lucha 'gratis' contra la "opacidad bancaria"

El informático del HSBC Hervé Falciani, famoso por su lista de presuntos defraudadores fiscales, durante la vista en la Audiencia Nacional.

Con peluca, barba incipiente y gafas para ocultar su actual aspecto físico, Hervé Falciani se ha 'revestido' con el traje de 'justiciero' contra la opacidad bancaria durante la vista celebrada este lunes en la Audiencia Nacional para decidir si es extraditado a Suiza como reclaman las autoridades helvéticas. El exempleado del HSBC llegó a acusar a la entidad bancaria donde trabajaba de "actuaciones escandalosas" para justificar su decisión de colaborar con la Justicia, convencido de que la "opacidad financiera" es uno de los mayores peligros de las "democracias".

Durante su testimonio ante los tres magistrados de la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Falciani ha insistido una y otra vez que su colaboración ha sido en todo momento desinteresada y que en ningún momento ha recibido compensación económica de ninguno de los gobiernos con los que ha elaborado. El francoitaliano aseguró que él no sustrajo directamente los datos de los evasores fiscales, sino que fueron terceras personas, también trabajadores del HSBC, los que se los facilitaron para que él los hiciera llegar a la Justicia y alertarles de las supuestas irregularidades cometidas por esta entidad bancaria. El exempleado bancario ha negado que intentará vender dichos datos a otra entidad bancaria en un viaje que hizo a Beirut (Líbano) en 2008, y ha insistido que, antes de huir a Francia, intentó colaborar con las autoridades judiciales de la Confederación Helvética, con las que llegó a reunirse, pero que éstas rechazaron su propuesta.

El exempleado del HSBC insistió en que su colaboración ha sido siempre desinteresada y se mostró dispuesto a seguir ayudando a la Justicia

Falciani ha realizado durante la vista un repaso a las diferentes trabas que ha encontrado en el camino para lograr hacer llegar la información a las autoridades y destacó que en todo momento intentó preservar la confidencialidad de las personas que supuestamente tenían cuentas secretas en Suiza. En este sentido, ha resaltado que los datos estaban encriptados de tal manera que sólo con su ayuda se podía acceder a ellos. "Mi preocupación es que esta información sólo estuviera a disposición de la Justicia", aseguró a preguntas de su abogado defensor. De hecho, ha insistido que él nunca elaboró ninguna "lista" de evasores, como reiteradamente se ha publicado en prensa.

El exempledo del HSBC ha recalcado que siempre ha estado a disposición de la justicia de todos los paises interesados en hacer uso de la información en su poder, y ha destacado que su última comparecencia ante una justicia fue ante la de EEUU, en junio de 2012. Un mes después, viajaba a España, donde fue detenido. Con las autoridades de Madrid lleva colaborando desde septiembre de 2012. Desde diciembre, está en libertad, protegido por la Justicia española. Cuando la fiscal le presuntó si tenía "miedo" por su integridad física, Falciani contestó rotundo: "Por supuesto".

La vista ha servido también para oír la declaración de tres testigos propuestos por la defensa, que han coincidido en destacar la relevancia de la información facilitada por Falciani en estos años. Así, el fiscal de Niza, Eric de Montgolfier, ha resaltado la disposición del exempleado del HSBC a colaborar con las autoridades de París y que, de hecho, facilitó las claves para acceder a la base de datos, lo que  permitió acceder de manera "mucho más rápida" a la misma. El fiscal francés, que también ha negado que se le haya pagado ninguna recompensa por ello y que ni siquiera la hubiera solicitado, aseguró que la información que facilitó el informático francoitaliano convertida en papel hubiera servido para llenar "un tren de mercancias".

Montgolfier también destacó que él estaba dispuesto a facilitar toda la información a otros países en los que residieran los presuntos defraudadores descubiertos gracias a Falciani, pero que desde el entonces Gobierno de Nicolás Sarkozy se le indicó que dicha colaboración fuera pasiva, es decir, que sólo se realizara si la Justicia de otros estados la reclamasen. "Esperé las solicitudes", dijo antes de detallar que en un primer momento sólo le llegaron de una fiscalía de Turín y de otra alemana.

El fiscal francés que acudió a la vista como testigo aseguró que con la información que facilitó Falciani podría haber llenado "un tren de mercancías"

En este sentido, los otros dos testigos que comparecieron ante el tribunal, los exaltos cargos de Hacienda Carlos Ocaña y Luis Pedroche, recordaron que fueron las autoridades fiscales francesas, no la Justicia de este país, la que ofreció los datos de los evasores españoles a Madrid en virtud de los acuerdos de colaboración entre ambos países en materia económica. También aseguraron que en un primer momento ni sabían su origen ni su alcance, pero que tras permitir actuar contra 659 presuntos defraudadores y recaudar 250 millones de euros, se la pudo calificar "sin ninguna duda" como la más importante actuación contra el fraude fiscal nunca hecha antes en España. Para Ocaña, Falciani fue "la pieza necesaria" para ello. 

Más argumentos favorables

Tras las declaraciones, la Fiscalía y el abogado defensor del exempleado del HSBC tomaron la palabra con un punto en común: pedir al tribunal que rechazase la petición suiza de extradición. La representante del ministerio Público, Dolores Delgado, ha insistido en que no existe el requisito de doble incriminación para acceder a la misma, es decir, que lo que para Suiza es un delito, la revelación del secreto bancario, en España no está recogido en nuestro código penal. De hecho, recalcó que Falciani estaba obligado a colaborar, según la legislación española. La fiscal, que en todo momento ha evitado cargar contras las autoridades suizas, de las que ha destacado su colaboración en el caso Gürtel, sí criticó duramente a la entidad financiera helvética, a la que llegó a calificar en si misma de "paraíso fiscal". El argumento esgrimido para oponerse a la entrega del informático es que "no se castiga a quien lucha contra la opacidad". 

Una línea que también utilizó el abogado defensor de Falciani, Joan Garcés, quien destacó que las autoridades de EEUU ya han acusado al HSBC de cuatro delitos por no haber implantado un sistema eficaz en la lucha contra el blanqueo. Garcés ha destacado que España "hubiera perdido" los 250 millones de euros si no se hubiese contado con la colaboración de su cliente y ha vuelto a poner de manifiesto que esta ayuda fue "desinterada". También ha resaltado que Falciani no ha filtrado en ningún momento las identidades de los presuntos defraudadores fiscales destapados gracias a su ayuda. Poco antes de la una y media de la tarde, y tras más de tres horas de vista, Falciani hacía uso de su derecho a la última palabra para insistir ante el tribunal que su objetivo es la "lucha contra la opacidad financiera" y que con ello pretendía ayudar "a todas las democracias". También a Suiza y Luxemburgo, los dos principales paraísos fiscales europeos.

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