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España

¿Ha tocado Bildu su techo electoral? La izquierda abertzale pierde votos allí donde gobierna

La candidata de EH Bildu, Laura Mintegi, en la rueda de prensa celebrada ayer en San Sebasitán para hacer balance de los comicios vascos.

Gobernar "en tiempo de crisis y en minoría" supone "un desgaste". El político que ayer pronunció estas palabras no pertenece al PSE ni al PP, los dos grandes derrotados de las elecciones vasca. Es el alcalde de San Sebastián por Bildu, Juan Karlos Izaguirre, cuya formación ha conseguido irrumpir este domingo en la Cámara de Vitoria con la fuerza que dan 21 escaños y ser la segunda fuerza política de Euskadi. Un mensaje de justificación en apariencia contradictorio con la euforia que vive la izquierda abertzale que tiene su explicación: EH Bildu, la coalición de partidos bajo cuya paraguas han acudido a las urnas los herederos de la antigua Batasuna, ha sufrido un significativo retroceso en aquellos municipios donde ejerce labores de gobierno desde la municipales de mayo de 2011. Entre esas localidades, la joya de su corona: San Sebastián, donde ha perdido más de 3.000 votos y ha pasado a ser la tercer fuerza política, por detrás de su gran rival nacionalista, el PNV, y del PSE que le antecedió en la alcaldía.

Los dirigentes abertzales reconocen públicamente el 'pinchazo' en Guipúzcoa: "Nos ha puesto con los pies en el suelo"

No es el único ejemplo de ese pinchazo, ni mucho menos. Basta un repaso a su principal granero electoral, Guipúzcoa, para comprobar que, allí donde gobierna, el ejercicio del poder le ha pasado factura. Maribi Ugarteburu, diputada electa de la formación, reconocía durante la rueda de prensa que ella y la candidata a lehendakari, Laura Mintegi, dieron ayer en San Sebastián para valorar los resultados electorales que el descenso de votos en este territorio ha puesto a la formación "con los pies en el suelo". De hecho, su victoria en esta provincia ha sido casi de foto-finish. Sólo dos décimas en el porcentaje del número de votos le han separado del PNV, que ayer logró 113.978 sufragios en esta circunscripción frente a los 114.460 de la lista de la izquierda abertzale. Menos de 500 votos de diferencia.

Un resultado muy ajustado que es aún más significativo si se compara con los datos obtenidos en este territorio por Bildu en la municipales de 2011 (119.541 sufragios más los 13.655 que consiguió Aralar, ahora bajo las mismas siglas y que entonces acudió en solitario) y Amaiur en la generales de 2011 (130.055 votos, con Aralar ya bajo esta marca electoral). Fuentes políticas vascas interpretaban ayer a este diario estos datos como un signo de que la izquierda abertzale, que siempre ha obtenido los mejores resultados con ETA en tregua, ha podido llegar a "su techo electoral". "Si con las actuales circunstancias no han superado el 25% es que muy posiblemente en ese punto esté su electorado", agregan antes de recordar que, precisamente, los votantes de la izquierda abertzale son los "más disciplinados a la hora de acudir a las urnas. Van todos. No les afecta casi la abstención", recalcan.

El polémico 'puerta a puerta'

Todas las fuentes políticas vascas consultadas coinciden en señalar que detrás de este pinchazo con retroceso de EH Bildu se encuentra, precisamente, "la acción de gobierno donde tiene responsabilidad la coalición" desde las últimas municipales: más de un centenar de ayuntamientos en todo el País Vasco donde obtuvo mayoría absoluta o fue la lista más votada y el resto de partidos no se puso de acuerdo para arrebatarles el poder. Y, más en concreto, señalan como gran causante del malestar entre su electorado su polémico sistema de recogida de basuras bautizado como 'Puerta a puerta'. Un sistema que obliga a los vecinos a depositar sus residuos cotidianos en postes metálicos situados frente a sus portales con un calendario que fija qué día de la semana se saca tal tipo de basura y cuál otro. De no hacerlo, pueden ser sancionados.

En San Sebastián, la coalición ha perdido más de 3.000 votos. En Arrasate-Mondragón, casi 1.400. En Tolosa, por encima de 600 

De hecho, allí donde se ha instalado el 'Puerta a puerta' o donde se ha anunciado su próxima implantación hace meses que surgieron movimientos ciudadanos que han conseguido recabar numerosas firmas en contra de su puesta en marcha. Así, en Bergara, Arrasate-Mondragón, Aretxabaleta y Oñati se han recogido 15.622 firmas sobre un censo de 28.468 votantes. O lo que es lo mismo, más de un 55% del electorado. Y no es el único lugar. El PNV, el gran beneficiado del descenso en Guipúzcoa de la izquierda abertzale, había anunciado sólo un mes antes de las elecciones del pasado domingo que había reunido más de 60.000 firmas en contra de la iniciativa de Bildu en toda Guipúzcoa.

Y, a la vista de los resultados de esta última consulta, el malestar reflejado en esas firmas se ha traducido también en papeletas. Así, por ejemplo, en Arrasate-Mondragón, uno de sus municipios más emblemáticos para la izquierda abertzale, en mayo del año pasado Bildu sumó 4.726 votos, a los que habría que sumar los 771 que consiguió Aralar. En las generales, Amaiur logró 4.805 votos. En estas últimas, la cifra bajo a 4.110. Cerca de 1.400 votos menos respecto a los comicios locales. En Tolosa, de los 4.279 sufragios de las municipales a los 4.052 del 20-N y los 3.661 del pasado fin de semana. Un descenso de más de 600 papeletas. En Hernani, otro de sus bastiones, la tendencia es idéntica. La suma de votos a Aralar y Bildu en las municipales fue de 4.623. En las generales, subió hasta los 4.747. Este domingo ha descendido a los 4.488.

Un descenso que se ha repetido en más o menos la misma medida en las localidades de Azpeitia, Oiartzun, Usurbil, Oñati, Pasaia, Zarautz, Getaria, Eskoriatza, Antzuola... Todos ellas con un denominador común: o ya habían implantado el polémico sistema de recogida de basuras o había anunciado su intención de hacerlo. Pese a la evidencia, ayer el propio alcalde de San Sebastián, se agarraba al argumento de que los resultados de las locales y generales no eran "extrapolables" a las autonómicas de ayer. Una forma de justificar el manchón en unos resultados que han convertido a EH Bildu en la segunda fuerza política vasca sólo un año después del anuncio de ETA del fin de la violencia.

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