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España

Dirigentes del PP rechazan a Esperanza Aguirre como candidata porque moviliza a la izquierda

Mariano Rajoy, junto a Esperanza Aguirre

Rajoy no desvelará la composición de las listas a las municipales y autonómicas hasta la segunda semana de febrero, en torno al día 10, según trascendió este lunes en el partido. Algunas versiones señalan que Madrid sigue siendo una de las incógnitas por despejar. Esa teoría circula aún, aunque en minoría.

No hay dudas ya sobre la elección de Ignacio González como cabeza de lista para la Comunidad. Así quedó consagrado en la Convención Nacional, cuando ofició como primer orador en la jornada de clausura. Una distinción, un detalle que a nadie pasó inadvertido. Cospedal le apoya y Rajoy le respeta, pese a las diferencias del pasado. Ofrece una buena hoja de servicios como gestor y ha superado con apenas algunos desgarrones los episodios de corrupción que le han adjudicado.

Nadie dudaba en el cónclave del PP de que 'lo de Esperanza está hecho' pero sus detractores no tiran la toalla e insisten en su peligro como candidata

Besos y ovaciones

Para la alcaldía de Madrid hay más pretendientes. A estas alturas, Esperanza Aguirre sigue siendo la favorita, tal y como cantan las encuestas. Su deambular por los pasillos del palacio de Congresos estaba acompañado de besos y aplausos. También Cristina Cifuentes, la delegada del Gobierno, que nunca se ha dado por vencida, recibía muestras de reconocimiento. Cierto es que su difusión pública y su presencia mediática ha sufrido algún retroceso en los últimos tiempos. Pero sigue en las quinielas.

Los movimientos de Génova suelen ser espasmódicos y hasta desacompasados. Nadie dudaba en el cónclave del PP de que 'lo de Esperanza está hecho'. Que Rajoy ya se lo ha hecho saber o se lo ha insinuado. Pero sus detractores no tiran la toalla e insisten en que la 'lideresa' madrileña moviliza demasiado a la izquierda. Si se piensa que Antonio Carmona, el candidato del PSOE, es débil y carece de encarnaduras políticas de fuste, lo mejor, dicen en este sector de Génova, es presentar un candidato sin demasiados atributos para no despertar a la fiera. Arriolismo en estado puro. Un argumento que se articula en el hecho de que las encuestas no proclaman a ningún candidato como indiscutible vencedor.

Pío García-Escudero, Lucía Figar y la exministra de Sanidad, Ana Mato, son algunos de los nombres sobre la mesa

Nombres que no ofenden 

Ponen nombres sobre la mesa. Pío García-Escudero, presidente del Senado, sigue siendo el más manoseado, pese a que se le ha querido enlodar con el asunto de los 'papeles de Bárcenas', asunto que quedó definitivamente aclarado. García-Escudero ofrece un perfil sin demasiadas aristas y no despierta odios cervales. No es demasiado conocido, pero no importa. También defiende este sector a Lucía Figar, consejera de Educación, que ha desarrollado una labor impecable en su difícil cometido. Gracias a ella los niños madrileños hablarán inglés como si fueran párvulos noruegos. Figar es joven, laboriosa, eficaz y telegénica, y goza de un reconocimiento general en las filas de su partido. En las últimas horas incluso se habla de Ana Mato, la exministra de Sanidad. Pese a que vivió las últimas semanas de su cargo envuelta en el ciclón de la crisis del ébola, y los últimos años en el 'jaguar' de la Gürtel, su perfil recibe un aprecio nada desdeñable entre los suyos. Ninguno de esos nombres, aunque se esgrimen otros más, son capaces de despertar a quienes en la izquierda les da pereza votar a Carmona o descreen aún de las intenciones de Podemos.

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