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España

La administración recoloca 'a dedo' al personal de las empresas públicas suprimidas

Una de las primeras medidas anunciadas por el Gobierno de Mariano Rajoy fue el 'adelgazamiento' del sector público mediante la supresión de empresas públicas. En enero del año pasado, cuando fue anunciada esta medida, había 4.000 organismos públicos, la mayoría de ellos (2.400) bajo mando de las comunidades autónomas.

El Comité de Empresa del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) ha denunciado esta semana la incorporación “fraudulenta” de empleados de la empresa pública Invest in Spain, una de las sociedades ‘extinguidas’ tras el plan de reducción del Ejecutivo. En total, una treintena de trabajadores de la antigua Invest in Spain han pasado a formar parte de la plantilla del ICEX sin tener en cuenta los principios de igualdad, mérito, capacidad y publicidad del Estatuto del Empleado Público.

Invest in Spain fue suprimida en enero del año pasado y sus competencias fueron asumidas por el Instituto de Comercio Exterior siguiendo los decretos promovidos por el Ejecutivo para la reducción del peso del sector público estatal. Desde el Comité de Empresa del ICEX, tachan esta legislación de “fraude” en el sentido de que el personal de los organismos suprimidos se ha incorporado “a dedo” en otros entes y organismos públicos.

El personal de los organismos suprimidos se ha incorporado “a dedo” en otros entes

El mismo caso se ha dado en las administraciones públicas. Un ejemplo son las empresas turísticas de la Comunidad de Madrid, cuyas competencias se transfirieron a la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura el pasado mes de octubre (desde su extinción y hasta esa fecha dependían de Economía). Según fuentes de este departamento consultadas por Vozpópuli, muchos empleados de estas sociedades suprimidas, como Turmadrid, pasaron a ser personal laboral fijo de la Consejería.

No obstante, desde la Consejería de Empleo han desmetido a este diario esta información. Así, la Consejería reitera que no se recolocó al personal laboral contratado, que en el momento en que se clausuró Turmadrid dependía de la Consejería de Economía. En este caso, se procedió a realizar un ERE, despidiendo a la totalidad de los empleados de este organismo público.

Por otra parte, las fuentes consultadas denuncian como práctica habitual en las administraciones recolocaciones de empleados en las que “la categoría depende de los estudios que tengan”, sin tener en cuenta el puesto previo en la empresa extinguida. Estas mismas fuentes también señalan como algo frecuente “recolocar a los que estaban enchufados en organismos autónomos o empresas públicas como asesores”. “Como no se tienen que publicar esos puestos, no hay información de cuántos hay, qué hacen o cuánto cobran y todo eso es legal”.

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