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España

Sánchez retoca un programa 'light' que admite un pacto con la izquierda o la derecha

Pedro Sánchez y Albert Rivera en la presentación del acuerdo firmado por el PSOE con Ciudadanos.

La primera decisión que tenía que tomar el equipo económico de Pedro Sánchez una vez convocadas las elecciones del 26J era si incluir o no en el programa el acuerdo firmado con Albert Rivera el pasado febrero, presentado con toda solemnidad en el Congreso como un pacto de Gobierno. Al final, se ha decidido por incorporar con una redacción diferente la mayoría de las 200 medidas, a pesar del lógico interés que tiene el PSOE en demostrar que acude a las urnas sin ningún tipo de ataduras y sin lastres que vayan a condicionar futuras alianzas. De hecho, la consigna que ha dado Sánchez al comité electoral es muy clara: dejar abiertas las puertas a pactos con la derecha y con la izquierda, con el fin de no encontrar problemas en el encaje de la aritmética parlamentaria que se conocerá dentro de seis semanas.

Los socialistas han actualizado su oferta electoral con las medidas aprobadas por el Congreso desde el 20D

Entre las iniciativas incorporadas a la nueva oferta electoral que marcaron huella en el acuerdo firmado con Ciudadanos figuran todas las que facilitan la lucha contra la corrupción, la renegociación de los objetivos de déficit, la simplificación de los contratos, la contrarreforma laboral del PP, el pacto educativo y el aumento de la tributación para las grandes empresas.

Fuentes socialistas concluyen que el programa con el que Sánchez concurrirá a las nuevas elecciones es un “compromiso light” que no excluye ninguna posibilidad y deja todo el margen de maniobra al que aspira Sánchez en su segunda oportunidad de llegar a La Moncloa: desde un pacto con Podemos e IU a la valenciana, si la aritmética parlamentaria permite su encaje, hasta un acuerdo con el PP y Ciudadanos, la gran coalición de la que el PSOE no quiere ni oír hablar en pintura durante la campaña electoral, pues sus dirigentes son conscientes de que sería tanto como una invitación a que buena parte de los 5,5 millones de votos obtenidos el pasado 20-D se fugaran rápidamente a la coalición de izquierdas que acaban de sellar Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

Leyes aprobadas desde el 20-D que han decaído

En el documento ha metido su pluma el todavía responsable de Economía de la ejecutiva, Manuel de la Rocha, más proclive a introducir algunas de las recetas de Podemos que el exministro Jordi Sevilla, que ha quedado fuera del comité electoral. En este trabajo se están teniendo también en cuenta algunas de las iniciativas legislativas aprobadas en el Congreso durante el tiempo en que el Gobierno ha permanecido en funciones y que decayeron al convocarse nuevas elecciones. En la actualización del programa se han repasado las medidas destinadas a subir el salario mínimo profesional, la apuesta por un nuevo modelo de financiación autonómica, la mejora de las condiciones de las empleadas de hogar, el plan de choque para favorecer el empleo juvenil, la llamada ley de emergencia social, la reforma de las pensiones y el reconocimiento del derecho de voto a los 16 años.

Algunos dirigentes territoriales han mostrado su contrariedad con el programa que el PSOE llevó al 20D y suelen criticar la “descapitalización de la inteligencia” que ha originado Pedro Sánchez desde que asumió el cargo de secretario general en el verano de 2014. En ello coinciden también veteranos exdiputados del partido, que han sido testigos de la “fuga de cerebros” registrada en el PSOE en los últimos años y también de la mediocridad de algunos de los responsables de área en la actual ejecutiva.

En el PSOE se echa en falta un discurso electoral claro dirigido a las clases medias

“Asistimos a una especie de encefalograma plano en el que apenas nadie suministra ideas nuevas, carecemos de un discurso comprensible para las clases medias y nos movemos en terreno de nadie en un momento en el que el Estado del bienestar ha saltado por los aires y corremos el riesgo de que muchos ciudadanos confíen cada vez más en las formaciones antisistema”, resumen fuentes parlamentarias, muy escépticas ante la posibilidad de que Sánchez mejore los resultados conseguidos el 20D: 90 diputados y el 22% de los apoyos, el suelo más modesto logrado por el PSOE en unas elecciones generales desde el arranque de la Transición.

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