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España

La crisis de la Corona ahonda la división en la cúpula del PSOE, alérgica al escapismo de un Rubalcaba que rehusa abordar el tema

Dirigentes socialistas ven un cierto paralelismo entre la estrategia sobre la Corona seguida hasta ahora por Rubalcaba y la que ha mantenido en la línea editorial del Grupo Prisa, Juan Luis Cebrián. El político y el editor han compartido ideas muy parecidas, con visión apocalíptica incluida, sobre los peligros adosados a un desplome de la Monarquía en España y han venido justificando su ayuno en este debate por motivos de responsabilidad. Es la misma tesis que hace poco ha defendido en el Congreso de los Diputados, en unas jornadas sobre la Transición, Miguel Roca, defensor de la infanta Cristina tras su imputación en el ‘caso Urdangarin’. “Hay que ignorar el debate sobre si el Rey debe abdicar, hay que pasar por encima de ello, un debate así en este momento no tiene demasiado sentido…”, se le escuchó afirmar al ‘padre’ de la Constitución.

"Hay que ignorar el debate sobre si el Rey debe abdicar, hay que pasar por encima de ello, un debate así no tiene demasiado sentido…”, se le ha escuchado decir a Miguel Roca

Con otras palabras, pero en la misma dirección, Rubalcaba así se lo ha ido trasladando en los últimos meses a los dirigentes del partido que, en tono más o menos informal, le han intentado convencer de que el PSOE no puede hurtar una discusión que ha calado a fondo en la sociedad. A quienes le han querido prestar atención, les ha transmitido una visión aterradora del futuro de España si la inestabilidad de la Corona se arraiga y se mezcla con el serio problema de cohesión territorial que castiga al país y con los conflictos sociales a los que ha abocado la crisis económica. Según fuentes socialistas, la opinión de Rubalcaba solo difiere de la del consejero delegado de Prisa en que éste último también ve en peligro la propia democracia si la recuperación económica se retrasa y culpa de buena parte del desastre a la incompetencia del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero.

La imputación de la infanta Cristina y las minas que han explotado en los últimos meses en el entorno del Rey – Urdangarin, Corinna, los propios negocios del monarca, la herencia de don Juan, el pasado de Letizia…– han empujado tanto al PSOE como al Grupo Prisa a penetrar en la controversia y a concurrir casi al alimón en la polémica. En el diario El País del domingo se asomaban por primera vez varias páginas dedicadas a ilustrar sobre el rechazo de los jóvenes al rey Juan Carlos, la forma en que la discusión ha irrumpido en el Congreso y la fuerza con la que ésta ha desbordado la agenda de los principales partidos.

En el PSOE se ve un paralelismo entre las opiniones de Rubalcaba y Cebrián sobre la Corona, aunque la de este último es más radical: ve en peligro la democracia

Ayer lunes, los secretarios de área de la ejecutiva socialista también entraron por primera vez a fondo en la crisis de la Corona exigiendo la “máxima transparencia” a la Familia Real porque, en palabras de la ‘número dos’ del partido, Elena Valenciano, “los corruptos florecen en la oscuridad”. En Ferraz no se oculta que la inhibición con la que Rubalcaba ha asumido hasta ahora el descrédito de la primera institución del país, ha alimentado la fuga de votos hacia Izquierda Unida, UPyD y la abstención, una tendencia que, de prosperar, podría rebajar la intención de voto al PSOE hasta niveles desconocidos.

El termómetro de hasta dónde llega la nueva actitud de los socialistas se comprobará este martes en la Mesa del Congreso, donde la mayoría de los grupos minoritarios quiere derribar la barrera de silencio construida por los dos principales partidos sobre asuntos como la reacción de la Fiscalía ante la imputación de la infanta Cristina o el trato fiscal dado en su día a la herencia del conde de Barcelona.

"Si no nos entienden los propios compañeros de partido, lo más probable es que tampoco nos esté comprendido la calle, el problema de la Corona no se puede esquivar", asegura un dirigente socialista

Según fuentes socialistas, el pacto de mutismo sellado por Rubalcaba con Mariano Rajoy para apuntalar la figura del Rey y reforzar la imagen de la Corona, ha terminado provocando alergia en las filas socialistas. “Si no nos entienden los propios compañeros de partido, lo más probable es que tampoco nos esté comprendiendo la calle, un problema que no se puede esquivar porque ha dejado de ser tabú para los españoles, conscientes de que la Monarquía vive los peores momentos desde su restauración”, asegura un miembro de la ejecutiva federal. 

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