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España

Corinna amasó una fortuna de 30 millones por las "gestiones delicadas" que hizo en España

Corinna
Corinna Larsen en una imagen de archivo

La verdadera relación que Corinna zu Sayn-Wittgenstein ha tenido siempre con España ha sido durante mucho tiempo un tema tabú. Ahora, la 'amiga entrañable' del rey Juan Carlos vuelve a la palestra después de que la revista Interviú haya publicado que la princesa alemana amasó una gran fortuna durante su estancia de diez años en España, aunque nadie conociera con exactitud cuál era su trabajo.

Cuando conoció al rey de España, Corinna Larsen era una mujer muy atractiva y joven, madre de dos hijos y sin ningún tipo de patrimonio relevante. En 2013, abandonó España pero no se fue con las manos vacías. Según datos del Gobierno, citados por Europa Press, la amiga del rey se fue con 30 millones de euros cobrados por unos servicios que no se conocen exactamente y ante las quejas persistentes de destacados empresarios españoles. Se marchó con ese dinero pero con la prohibición de volver a España.

Corinna se marchó de España con 30 millones pero con la prohibición de volver

"Nadie va a reclamar ese dinero. Nada fue ilegal; en todo caso, poco ético. Era dinero de comisiones por el AVE de Arabia Saudí, por las renovables, del fondo hispano-saudí...", asegura la revista, añadiendo que denominaba todos sus movimientos y trabajos en España como "gestiones delicadas". No solo eso, según informaciones que poseía el gobierno, tan solo un año después de conocer al monarca fundó una empresa de consultoría internacional llamada Apollonia Associates en un momento en el que supuestamente no tenía patrimonio relevante.

¿Cómo recibía ese dinero?

Los servicios de inteligencia explicaron a la revista que se habrían abierto dos cuentas en Suiza a nombre de "Identidades Operativas", un nombre falso pero con documentación española totalmente legal. Por norma general, este tipo de procedimientos se utiliza para agentes encubiertos.

El dinero era destinado a dos bancos y desde allí, un bróker lo controlaba para después hacérselo llegar a la princesa. De esta forma, el dinero no deja rastro y si un juez tratara de seguir las huellas, no encontraría nunca ningún pago a nombre de Corinna.

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