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España

Desconcierto en el PP por la falta de estrategia frente a la amenaza de Ciudadanos

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal

Pocos tienen claro en el PP cómo ha de actuarse frente al fenómeno Ciudadanos, aupado súbitamente en las encuestas, en vertiginosa escalada. La situación para el PP es similar a lo ocurrido con el partido de Pablo Iglesias tras su irrupción con cinco diputados en las elecciones europeas. Se pasó del desprecio a los 'frikis' jaleado por Pedro Arriola, asesor del Presidente del Gobierno, a una postura intermedia, en la que se le aupó, para dañar al PSOE. Ahora hay una sobreactuación de ataques a Podemos, que resulta quizás contraproducente, según algunos veteranos del PP. Apenas un seis por ciento del voto del PP piensa en votar a Iglesias en las próximas citas electorales. Un riesgo menor.

Similares caladeros

Mucho más peligro entraña Ciudadanos, la formación que lidera Albert Rivera y que, pese a su ambigüedad ideológica, pesca en caladeros similares al Partido Popular. El último barómetro del CIS les otorgaba apenas un 3 por ciento de votos, pero algunas encuestas periodísticas han multiplicado ese porcentaje por tres y hasta por cuatro. Hasta el punto, por ejemplo, de que en la Comunidad de Madrid aparece como tercera o cuarta fuerza, según la encuesta que se observe.

En el penúltimo comité electoral Rajoy se refirió explícitamente al equipo de Rivera. "Las encuestas exageran", vino a decir. Pero habló de ellos, algo que apenas ha hecho en público

Se trata quizás de interpretaciones demoscópicas desmesuradas, pero el peligro está ahí. En el penúltimo comité electoral de su partido, Mariano Rajoy se refirió explícitamente al equipo de Rivera. "Las encuestas exageran", vino a decir. Pero habló de ellos, algo que apenas ha hecho en público. Los dirigentes del PP, que han de afrontar a la vuelta de unas semanas un largo rosario de citas con las urnas, no han recibido directrices concretas sobre la forma de actuar frente a Ciudadanos. Dolores Cospedal, por ejemplo, manifestó el lunes, en un acto en el Senado, que este partido no les preocupa porque "en este lado sólo estamos nosotros". Es decir, que el PP domina en solitario el espectro del centro derecha. Por esa línea se encaminaba Carlos Floriano, portavoz del partido, quien se empeñó en recordar que Ciudadanos ya dijo en su día que pensaba denunciar el Concordato con la Santa Sede. Es decir, no es un partido católico. El PP, después de la chapuza que acaba de redondear con la reforma de la ley del aborto, tampoco tiene demasiado feliz a sus seguidores más religiosos.

Posible coalición en Madrid

De momento la única idea clara que emana de Génova es que cuando se hable de Rivera hay que insistir en que se llama Albert y nada de Alberto, y cuando se les mencione hay que decir Ciutadans y nada de Ciudadanos. Si son catalanes, que se note. Similar estrategia ha emprendido Tania Sánchez, tránsfuga de IU en ruta hacia un partido aún inconexo, quien arremetió en el Ritz contra Rivera y le aconsejó que no asome su hocico fuera de Cataluña, y menos para enseñarles a pescar a los andaluces.

De momento la única idea clara que emana de Génova es que cuando se hable de Rivera hay que insistir en que se llama Albert y nada de Alberto

Hay estrategas del PP que apuntan lo equivocado de emprenderla contra Ciudadanos, ya que el voto que puede arañarle al PP es el del simpatizante desmovilizado o abstencionista, que no va a a acudir a las urnas para apoyar a Rajoy pero tampoco lo hará por otro partido. Si lo hace por Rivera, perfecto, ya que no es un voto a la fuga, sino el que se dirige hacia un posible aliado. En Madrid, por ejemplo, el empuje de Podemos puede salvar el Gobierno del PP tanto en Ayuntamiento como en la Comunidad. Si se confirman los sondeos, Rivera incluso podría facilitarle la mayoría al PP. Ese papel estaba reservado, tiempo atrás, para UPyD, ahora en franco retroceso. La presentación del programa económico de Ciudadanos, con el Círculo de Bellas Artes abarrotado de gente dentro y por fuera de la sala, evidenció un potente tirón popular. Un aviso a navegantes. El acto resultó uno de los mayores éxitos de Rivera en la capital.

Opiniones encontradas. Estrategias poco claras. No hay una línea de acción homogénea en el PP. Por eso algunos barones han optado por ir a su aire. No es lo mismo la potencia de Ciudadanos en Madrid o Valencia que la que puede tener en Andalucía o Canarias. En algunas regiones se les ve como posibles aliados. En otras, como frontales enemigos. En Génova, de momento, han decidido que lo mejor es mantenerles a raya, pero sin obsesión. Al fin y al cabo, nunca se sabe si serán necesarios a la vuelta de las urnas.

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