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España

La recaída del Rey obliga a Zarzuela a retocar su agenda y no se descarta una nueva visita al quirófano

Los compromisos menos relevantes desaparecen de la agenda del monarca para no entorpecer su rehabilitación.

La Casa del Rey ha reducido someramente la agenda de Su Majestad a la espera de su evolución tras la recaída experimentada desde hace un par de semanas, con nuevos dolores en la cadera que le han forzado a recurrir de nuevo a la muleta. La presencia del Monarca en los actos de la Fiesta Nacional, el 12 de octubre y el viaje transoceánico a Centroamérica para asitir en Panamá a la Cumbre Iberoamericana son las dos citas más importantes del calendario que ahora peligran. Fuentes del entorno del Rey envían, sin embargo, mensajes de tranquilidad en la confianza de un pronto restablecimiento

Como primera providencia se ha decidido suprimir o espaciar algunos compromisos de escasa relevancia en la agenda real y se ha determinado que permanezca en pie el menor tiempo posible, para intentar que el proceso de recuperación retorne a la normalidad.

Dolores e intervenciones

Para este miércoles estaba prevista una revisión más por parte de los médicos que le asisten desde que Don Juan Carlos fue intervenido de una hernia discal el pasado mes de marzo. Intensos dolores en la cadera, que han derivado en serias dificultades en su movilidad, como se ha podido apreciar en sus últimas comparecencias públicas, han inquietado particularmente en la Casa. Hasta el punto de que no se descarta una nueva visita al quirófano. Su Majestad ha sido intervenido ya en las dos caderas y en ambos posoperatorios sufrió sendas luxaciones que requirieron tratamiento quirúrgico.

Esta recaída, después de un verano en el que la rehabilitación del Rey marchaba según lo previsto por los facultativos, le ha afectado anímicamente hasta el punto de que algunas de las personas con las que se ha visto en los últimos días describen su actitud entre deprimida y algo apagada. Así explican el cariñoso gesto de la Reina de darle un beso en público, ante las cámaras, mientras aguardaban en las puertas de Palacio la llegada de los reyes de Holanda de visita oficial a España. Un detalle muy comentado ya que es la primera vez que se tiene constancia gráfica de esa muestra de cariño.

El punto débil

Las caderas son puntos débiles en la anatomía del Monarca en estos dos últimos años, y en especial a raíz del accidente sufrido cuando cazaba en Botswana, en abril de 2012, con el efecto de la fractura de fémur en tres fragmentos de una de ellas, por lo que se le implantó una prótesis. Meses después, un mal movimiento le produjo una luxación en la cadera derecha y se le tuvo que implantar otra prótesis. La otra cadera también ha tenido que ser intervenida y también con otra luxación en el posoperatorio.

El Rey había viajado en julio a Marruecos en un desplazamiento de cinco días, con una agenda muy intensa y todavía necesitado de apoyarse en muleta o bastón. Este desgaste pasó factura, que no se ha advertido hasta mediados de agosto y, en especial, hasta hace unos veinte días, con ocasión de la audiencia a los generales de división del Ejército o con la audiencia a la nueva presidenta la Junta de Andaluciá. El retroceso era ya evidente hasta el punto de que se le volvió a ver caminar con dos muletas, lo que no había hecho en actos públicos anteriores, como en la audiencia a Evo Morales, presidente de Bolivia.

Sin embargo, la intervención quirúrgica a que fue sometido el 3 marzo para atacar una hernia discal ha obligado un mayor periodo de recuperación. Prácticamente seis meses ha estado el Monarca en el dique seco, dedicando entre dos y cuatro horas diarias a la recuperación y atendiendo en los últimos tiempos algunas audiencias y visitas en Palacio.

Ahora el ritmo de la actividad pública se va a suavizar y, aunque se mantienen en la agenda las dos importantes citas de Fiesta Nacional y Cumbre Iberoamericana, se van a despejar de la agenda algunas citas de menos importancia para no entorpecer el proceso de rehabilitación. El Rey ofrecía en el mes de julio una imagen espléndida, más delgado, sonriente y rejuvenecido. El frenazo de su recuperación ha sido en las últimas fechas tan ostensible que ha provocado cierta alarma en su cuadro médico. Se confía en poder evitar el quirófano pero por ahora tampoco se descarta.

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