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España

Botín arremete contra las normas de la EBA en presencia de su presidente

 El presidente del Santander, Emilio Botín, ha inaugurado su discurso de la cuarta Conferencia Internacional de Banca celebrada en la sede de la entidad en Boadilla del Monte, criticando con dureza las nuevas exigencias de capital para la banca de la EBA, en presencia tanto de la ministra de Economía, Elena Salgado, como del presidente de la citada autoridad bancaria europea, Andrea Enria, a quien citó expresamente en su saludo inicial. Esta comparecencia era aguardada con expectación.  

Botín afirmó que es necesario un proceso de reflexión sobre el incesante oleaje de cambios sobre el sector: “es el momento de frenar el tren regulatorio y valorar y calibrar bien el impacto de las medidas que ya están en marcha”.

El presidente insiste en que el sector financiero necesita todavía tiempo para ajustarse a los importantes cambios que hay en camino y que “no se pueden seguir añadiendo cargas al sector”. De esta manera, “no es oportuno que, tras haber diseñado durante los tres últimos años un nuevo marco regulatorio que aún no se ha implementado, se estén planteando ahora nuevas propuestas de ratios de capital en Europa que generarán inestabilidad e incertidumbre”.

En este sentido, Botín señala que antes que apretar más la regulación, es preciso mejorar la supervisión, que discrimine realmente las entidades buenas de las malas. “Se deben tomar las medidas necesarias para asegurar una supervisión efectiva” para que de esta manera no se llegue a “una recapitalización indiscriminada de la banca europea, sin resolver el problema de la deuda pública”.

Las conclusiones de su conferencia son demoledoras: “estas nuevas propuestas (las de la EBA) no tienen ningún sentido”, ya que “no respetan todo lo que durante estos años se ha regulado en Basilea III, invalidan el estrés test realizado por la EBA hace sólo tres meses”, además “crean inseguridad y confusión, aumentan la incertidumbre en los mercados y, por último, producirán una contracción del crédito”.

En definitiva, “cualquier recapitalización de los bancos europeos no servirá para recuperar la confianza y el crecimiento económico si antes no se resuelve definitivamente el problema de deuda soberana”. Toda una andanada de vuelta de unos de los principales banqueros de Europa a sus políticos.

De todas formas, sobre este respecto valoró “muy positivamente” los pasos dados en España en materia de cambios constitucionales para introducir techos de déficit, mientras que en el marco europeo aplaudió la creación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.

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