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España

Urkullu tirará de los dos extremos, el PP y Bildu, para gobernar en solitario el País Vasco

El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, durante un acto electoral en Álava.

Puede parecer extraño, pero el PNV se prepara para gestionar la política vasca en la próxima legislatura a través de una geometría variable que tendrá en cuenta sus propios intereses, los del PP y también los de la izquierda abertzale. Íñigo Urkullu ya ha trasladado a sus diputados en Madrid que ésta es la combinación que encierra menos riesgos, pues el ensayo de un Gobierno de coalición con cualquiera de estas dos fuerzas, al igual que con los socialistas de Patxi López, lo considera fracasado de antemano.

Urkullu ya ha trasladado a sus diputados en Madrid que un Gobierno en solitario con apoyos externos es la opción que encierra menos riesgos

Según los cálculos nacionalistas, al PNV le interesará contar con el respaldo de los populares de Antonio Basagoiti a los recortes que obligatoriamente tendrá que encarar el nuevo Gobierno vasco para reconducir unas cuentas autonómicas calamitosas que están colocando contra las cuerdas a las tres haciendas forales. Es previsible que el PP respalde estos ajustes, pues en Madrid al Ministerio que dirige Cristóbal Montoro también le viene bien tender puentes directos con la nueva administración vasca por muchos motivos, entre otros, la negociación pendiente del nuevo cupo y la apertura de una vía de diálogo que evite que el nacionalismo vasco vaya por los mismos derroteros que el catalán. En el Gobierno de Mariano Rajoy se cruzan los dedos cuando oyen hablar de esta posibilidad.

Este cruce de intereses mutuos también se dará, según el análisis interno del PNV, en el caso de Bildu. La izquierda abertzale gobierna en estos momentos la Diputación de Guipúzcoa en minoría y le conviene esquivar una posible moción de censura procedente de la alianza entre el nacionalismo moderado y el PSE. Además, añaden las mismas fuentes, Urkullu aspira también a dar una pátina social a su futuro Gabinete y la mejor manera es concitar el respaldo de Bildu a las iniciativas legislativas que tengan este carácter. Si por algo se ha caracterizado en el último año el gobierno de la izquierda abertzale en los ayuntamientos vascos es, justamente, por su negativa a asumir recortes sociales y por su afán de acentuar un populismo que casa mal con la severa crisis económica que azota también a la tesorería vasca.

El PNV intentará utilizar al PP para sacar adelante los recortes y a Bildu para dar una pátina social a su gestión

De esta forma, sirviéndose de los dos extremos de la cuerda, es como Urkullu piensa transitar después del día 21 por la política vasca en caso de conseguir el mayor número de votos para su candidatura. En las elecciones autonómicas celebradas en 2009, el ex lendakari Juan José Ibarretxe logró 30 escaños, cinco más que los socialistas, pero éstos obtuvieron el apoyo externo del PP, 13 diputados, para gobernar. La izquierda abertzale estaba como tal ilegalizada y defendiendo sus tesis, con muchos matices, concurrieron a las urnas Aralar, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua. Entre las tres formaciones solo llegaron a la media docena de escaños.

De salir adelante los planes de Urkullu, sería la primera vez que el nacionalismo vasco prueba suerte con un Gobierno en solitario, pues en las tres legislaturas que mediaron entre 2000 y 2008, gobernadas por Ibarretxe, la estrategia consistió en tener a EA, ahora dentro de la coalición Bildu, y a Euskal Herritarrok, una de las marcas desaparecidas de Batasuna, como compañeras de viaje. 

Un sector del nacionalismo vasco echa de menos el espíritu de colaboración con los socialistas en la etapa de Ardanza como lendakari

El juego de corto plazo del PNV no debe eclipsar sus planes a medio y largo. Por ello, en medios nacionalistas se cuenta que si Patxi López coge las maletas y se viene a Madrid tras su previsible derrota electoral, estará abriendo la puerta a un entendimiento futuro entre el nacionalismo y el PSE al estilo del que rindió sus frutos durante la etapa de José Antonio Ardanza como lendakari.

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