Publicado: 21/12/2011 00:44
Como ya informó Vozpópuli el pasado 10 de diciembre, el consorcio de Azvi era el único que había presentado una oferta para la licitación de este contrato, después de que el resto de los grupos que había mostrado su interés en el proceso renunciaran a participar en él mediante una carta de disculpa.
Entre ellos se encontraban otras empresas españolas como Aldesa, Isolux Corsán y OHL, además de ICA, la principal empresa del sector en México, y la filial azteca del gigante australiano de las concesiones Macquarie.
En este caso, Azvi va de la mano de inversores mexicanos. Concretamente, del fondo I Cuadrada, que forma parte del grupo Mexico Retail Properties (MRP), especializado en el mercado de centros comerciales en el país azteca. Dirigido por Jerónimo Gerard, ex ejecutivo de Telefónica Móviles en México, MRP gestiona activos por valor de 1.000 millones de dólares aproximadamente. Junto a ellos también forma parte del consorcio la constructora local Pinfra.
El contrato incluye la licencia para operar algunos tramos de la autopista conocida como Paquete Michoacán, con un total de 362 kilómetros de recorrido. El contrato incluye además la construcción de una serie de tramos en distintos lugares del trazado, que suman cerca de 90 kilómetros nuevos. El periodo de la concesión es de 30 años.
Presencia internacional
La licitación de la autopista en Michoacán había levantado expectación entre los grandes grupos de infraestructuras. Sin embargo, finalmente ha sido la propuesta encabezada por Azvi la única que ha llegado a manos de las autoridades.
Fuentes del sector atribuyen este hecho a que los trabajos para la construcción de la autopista se desarrollan en zonas consideradas como extremadamente peligrosas y donde se han incrementado los incidentes y los asaltos en los últimos tiempos, lo que ha llevado al resto de grupos a renunciar a la concesión.
De esta manera, Azvi logra quitarse por el momento el mal sabor de boca que le dejó su anterior experiencia en el mercado internacional, junto a la gallega Copasa. El consorcio que formaron ambas logró a finales del pasado año la concesión de una autopista en Chile a la que han tenido que renunciar al ser incapaces de encontrar financiación para el proyecto antes de la fecha indicada por los reguladores locales. Además, las compañías fueron sancionadas con una multa de 10 millones de dólares por el incumplimiento.
Azvi tiene presencia en México, en la que posee una oficina comercial, con dos concesiones consistentes en ampliaciones de tramos ya existentes.
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