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España

El entorno de Botella se muestra "sorprendido" por el apoyo de Ruiz-Gallardón a la alcaldesa

El presidente de Globalia, Juan José Hidalgo, tuvo un lapsus el miércoles durante una intervención pública y llamó a Esperanza Aguirre alcaldesa de Madrid. Pidió disculpas. Todos los presentes en el desayuno del Ritz se rieron. Hidalgo sólo insinuó lo que piensa la mayor parte de la sociedad madrileña cercana y lejana al PP: que si el Partido Popular presenta a Ana Botella perderá la alcaldía de Madrid que ganó José María Álvarez del Manzano hace más de veinte años.

Desde la tragedia del Madrid Arena, la alcaldesa ha ido de patinazo en patinazo. Hasta los niños hacen bromas en los colegios con sus meteduras de pata. Nadie apuesta por ella para los próximos tiempos. "El problema es quién se lo dice", afirman personas influyentes del PP de Madrid.

No todos creen lo mismo. Ana Botella y un reducido núcleo creen que su trabajo al frente del Ayuntamiento de Madrid es ejemplar y que el PP deberá ratificar esa trayectoria nombrándola candidata. "Y va a plantear pelea", afirman personas de su entorno.

Ni siquiera en lo que debería ser un monolito, su gobierno municipal, creen en ella como candidata, lo que hace que todos estén a la espera. "Estamos perdidos, sin referencia, y eso es lo peor que puede suceder en un gobierno", dice uno de los concejales populares que no pertenece al núcleo cercano a la alcaldesa.

La última reunión del Grupo Municipal del PP en el Ayuntamiento antes del Pleno fue significativa, afirma otro de sus ediles. "Botella habló de que todos estábamos en el mismo barco, de la crisis del PP de Madrid, de que nadie está en condiciones de casi nada, como haciendo insinuaciones, lo que extrañó a algunos".

El apoyo de Gallardón

Este jueves, Alberto Ruiz-Gallardón hizo una declaración de apoyo a Ana Botella que causó sorpresa en el PP de Madrid, pues la reafirmaba como candidata. Incluso personas muy cercanas a Botella se quedaron de piedra porque no esperaban esas palabras.

Las interpretaciones fuera del círculo de Botella eran varias. Una era que hablaba de perdedor a perdedora. Alberto Ruiz-Gallardón ha sido para muchos la sorpresa más negativa de este Gobierno: se ha enfrentado con los jueces, fiscales y abogados; no ha cumplido sus promesas respecto al Consejo del Poder Judicial; ha enfadado a los funcionarios; ha propuesto una Ley del Aborto que critican hasta los suyos…

A otros tampoco les extraña mucho su declaración. El diario ABC informaba esa semana de que el ministro de Justicia estaría acercándose a Esperanza Aguirre. Personas que conocen a Alberto Ruiz-Gallardón consideran que no hay nada nuevo bajo el sol. "Solo dice lo que el contrario quiere oír. Ayer fue Aguirre, hoy Botella y el lunes puede ser Rajoy", afirman.

Lo que no ha gustado en el PP de Madrid es que Ruiz-Gallardón no haya respetado los tiempos (no pactados) que se estaban marcando. La teoría decía nada de broncas hasta después de las elecciones europeas. Hasta entonces, todos afilando las navajas y después de mayo, a cuchillo. Pero Ruiz-Gallardón se soltó este jueves con un apoyo a Ana Botella que nadie, ni los suyos, entendió.

A la espera una señal de Rajoy

Entre los jefes del PP de Madrid hace tiempo que está hablado de que Rajoy debe escuchar los pronunciamientos del comité ejecutivo regional y advierten de que no van a aceptar "dedazos".

Los cargos públicos populares hablan a día de hoy de varios escenarios.

El primero es que, cuando Rajoy tenga las encuestas, le pida a Esperanza Aguirre que dé un paso adelante y se presente "si lo que realmente le interesa es no perder Madrid, que es el principio para perder España", dice un concejal. Lo ven difícil, pero no imposible. La segunda alternativa es que se adelante la Junta Regional del PP, por sorpresa, y haga un pronunciamiento después de las europeas a favor de la expresidenta regional como cabeza de la candidatura al Ayuntamiento.

La tercera es que comience a encenderse la mecha y vaya lentamente. La gente de la presidenta del PP tiene experiencia en la materia y lo hace de maravilla. Cuando Aguirre quiso ser presidenta del PP regional, pidieron a uno de sus alcaldes que lanzara la idea y desde ese día no había jornada en la que un pueblo de la región o una agrupación de la ciudad no hiciera un pronunciamiento a su favor o, lo que es lo mismo, en contra de Manuel Cobo, el hombre de Alberto Ruiz-Gallardón. La derrota de Cobo fue apoteósica.

Esperanza Aguirre no tiene el partido igual que entonces. Hay disidencia. Poca, pero la hay. La campaña se podría hacer igual o casi. ¿Podría Mariano Rajoy aguantar un pronunciamiento diario a favor de Aguirre y elegir otra candidato/a?

La última posibilidad es la negociación previa. Tiene una dificultad: Aguirre defiende a Ignacio González como candidato, mientras que en la ejecutiva nacional parece que no están por la labor pues lo consideran "quemao".

Ahí podría entrar la alternativa de Cristina Cifuentes. Todos consideran que lo ha hecho bien en una fase difícil en la Delegación de Gobierno. Es una mujer más avanzada que podría recoger votos de centro y su popularidad entre la militancia sube cada día.

¿Y si finalmente Ana Botella no se retira? Hay quien dice que hay dos torpedos que se lanzarían poco antes de la pelea. En uno pone "Ana" y en el otro "Botella".

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