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España

Mas se defiende del fuego cruzado entre ERC y Unió: convocará la consulta en Cataluña, pero agotará la legislatura

En las filas de Unió Democrática corre un escalofrío cada vez que se oye a Artur Mas confirmar que convocará la consulta soberanista el año que viene, como si este compromiso contraído con Esquerra Republicana fuera el colofón de la legislatura. Josep Antonio Durán i Lleida y la mayoría de los diputados nacionalistas con los que convive en el Congreso, opinan que si Mas convoca elecciones inmediatamente después de la consulta, corre el peligro de regalarle la hegemonía a Oriol Junqueras (ERC), como anticipan recientes encuestas. Para apaciguar los ánimos, el presidente de la Generalitat asomó este martes en el Parlamento autonómico su aspiración a agotar la legislatura, un gesto que, de momento, ha tranquilizado a Unió. Mientras Mas hacía esta declaración de intenciones, Durán estaba en La Moncloa reunido con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para analizar la situación en Cataluña. “Nada relevante”, le resumió Durán a un compañero de escaño sobre el contenido de la entrevista.

La intención de Mas de conducir la legislatura hasta finales de 2016 y de renunciar a la declaración unilateral de independencia, ha tranquilizado, relativamente, a Unió

El discurso de Mas, justificado por la curiosa necesidad de presentar su plan de gobierno siete meses después de haber ganado las elecciones autonómicas, fue seguido con la máxima atención por los dirigentes de Esquerra, escamados ante la posibilidad de que reculara en alguno de los pactos firmados a finales del año pasado. “No hay frenazo, no hemos detectado ninguna renuncia a los acuerdos que hemos cerrado con CiU. Si lo que ha querido es dar un golpe de timón que le fortalezca, bienvenido sea”, señala un miembro de la ejecutiva de ERC. La misma fuente resta importancia al anuncio de Mas de desistir de una declaración unilateral de independencia, defendido con el argumento de que “todo lo que afecte al núcleo duro de Cataluña, como es el futuro político del país”, no se puede tomar con decisiones parciales.

Habrá vida después de la consulta, es lo que vino a contar este martes Artur Mas a sus socios, y con ello tiempo para ensanchar el perímetro electoral que CiU viene estrechando desde que interpretó la última Diada con claves erróneas. Para Unió, cuanto más tarde se convoque el referéndum, miel sobre hojuelas, porque más tiempo tendrá la Generalitat para gestionar la crisis sin que la acción de gobierno siga exclusivamente centrada en la apuesta soberanista. Para ERC, cuanto antes “decidan” los catalanes “su futuro”, mejor, porque toda la tarea de gobierno posterior quedaría articulada a partir del resultado de la consulta, eludiendo así problemas no menores como es la falta de presupuestos para 2013, aun sin aprobar, y probablemente para 2014.

"No hemos detectado ninguna renuncia a los acuerdos que hemos cerrado con CiU. Si lo que quiere Mas es dar un golpe de timón que le fortalezca, bienvenido sea", dicen en ERC

“Esquerra se agarra a un clavo ardiendo, pero para nosotros es muy importante que Mas se haya comprometido a apurar la legislatura y a no convocar nuevas elecciones hasta finales de 2016 porque corríamos el riesgo de irnos todos a casa”, respira aliviado un dirigente de CiU, relativamente satisfecho con la afición de Mas por el equilibrismo. “El mensaje es muy claro. Esto es un plan de gobierno para una legislatura entera, cuatro años”, sentenció Mas en el Palacio de la Generalitat, complaciendo así a todos.

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