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La 'moleskine' negra del saqueador de Marsans

Ángel de Cabo, en su despacho, en una imagen de archivo.

Es una pequeña libreta negra de la conocida marca Moleskine. La Policía la encontró en el domicilio de Ángel de Cabo, el liquidador de Marsans encarcelado por tramar presuntamente junto a Gerardo Díaz Ferrán el saqueo de la empresa turística, cuando en diciembre de 2012 detuvo a ambos dentro de la Operaciòn Crucero y registró sus viviendas.Los agentes encontraronen ella  anotaciones del propio De Cabo sobre varias mercantiles en principio no relacionadas con su trama empresarial ni con la compañía del ex presidente de la CEOE. ¿Para qué? Los investigadores han comprobado que todas ellas eran sociedades a un paso de la quiebra sobre las que supuestamente el liquidador había puesto su mirada con un único objetivo: tomar el control para expoliarlas antes de que la justicia repartiera sus bienes entre los acreedores. En total, entre la libreta y otros documentos incautados aparecen anotaciones sobre una decena de empresas.

De Cabo dedicó tres páginas de su agenda negra a la empresa sevillana Construcciones Azagra SA, que terminó bajo el control de dos de sus empresas 'pantalla'

En concreto, la libreta negra se encontraba en el domicilio particular del propio De Cabo, según recoge un reciente informe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía al que ha tenido acceso Vozpópuli. En dicho documento, los agentes detallan que la agenda, de la que sólo estaban escritas las 21 primeras páginas, "contiene una serie de anotaciones manuscritas referentes a mercantiles en las que Ángel de Cabo podría haber estado interesado". De entre todas las ellas, destaca por su extensión las referidas a Construcciones Azagra SA, una sociedad sevillana con más de cuarenta años de historia que en 2009 vendió el 100% de sus acciones a Agitabilis SL, dirigida por Iván Losada, la mano derecha del liquidador de Marsans y también detenido en la Operación Crucero.

No se quedaría aquí, sin embargo, la intervención del entradamado de De Cabo en el supuesto expolio de la sociedad sevillana. En septiembre de ese mismo año la constructora valenciana Nuevas Formas y Diseños SL, en la que un mes después ya figuraba como apoderado el propio liquidador, se hizo con un 60% de Construcciones Azagra, a la que en febrero de 2012, el Juzgado Mercantil número 1 de la capital andaluza declaró en concurso de acreedores, según destaca el informe policial. Para entonces, en los órganos de dirección de la mercantil andaluza ya figuraba Losada, una práctica habitual en las operaciones de expolio que supuestamente realizaba De Cabo. El informe de la UDEF destaca que ésta debió ser una operación importante para el liquidador, ya que le dedicó tres páginas completas de su moleskine: de la 17 a la 19.

Otra compañía sevillana

También aparecieron amplias referencias a una empresa en situación concursal en un documento fechado el 8 de octubre de 2009 y que también fue localizado en el domicilio de De Cabo. Titulado "Gecovisa", hacía referencia a una empresa de igual nombre que en 2009 formaba parte de un grupo empresarial dedicado al sector de la promoción inmobiliaria por toda España, especialmente en Andalucía. La Policía destaca en su informe que sólo ocho días después de que dicho papel fuera redactado, entraron en el accionariado de la compañía dos empresas directamente relacionadas con el liquidador: Astarius SL y Verdelita SL. La primera estaba representada por Fernando Lavernia y la segunda, por Jorge García Téllez, dos presuntos testaferros de De Cabo.

El documento intervenido al presunto cabecilla de la trama recoge, sin embargo, muchos más movimientos supuestamente realizados con Gecovi SA y que sugieren supuestos "acuerdos económicos adoptados con los socios" de esta compañía y que ascienden a más de 345.000 euros. No fue el único travase de dinero. En otra anotación se recoge la supuesta entrada de 375.000 euros "en provisión de concurso de acredores" en las cuentas de Aszendia Asociados 21 SA, una empresa en la que desde octubre de 2009 Ángel de Cabo figura como apoderado y que terminó teniendo un papel clave en el saqueo del grupo Marsans. La Policía detectó que sólo cuatro meses después de la supuesta entrada en el capital de las compañías controladas por los testaferros del liquidador, éstas vendieron sus acciones por el sospechoso importe de un euro.

Un documento, cuatro empresas

También de 2009 es el tercer documento intervenido en el domicilio del presunto cabecilla de la trama en el que se recogen los nombres de compañías en graves apuros económicos. En concreto, es un papel titulado "Temas 13-10-2009" en el que, según destaca la Policía, "se contemplaría una serie de tareas y compromisos a llevar a cabo respecto a diferentes empresas relacionadas con procesos concursales". En concreto, los agentes de la UDEF han conseguido identificar cuatro: JCH, siglas que corresponden con Construcciones Jesús Castiblanque e Hijos SA, Eve Marina SL, Vidal Grau Muebles SL y Roller Star Holding SL. La primera era una empresa constituida en enero de 1996 en Ciudad Real y que fue declarada en concuso necesario en junio de 2009, cuatro meses antes de que De Cabo elaborase el documento.

La lista 'negra' del liquidador incluye sobre todo constructoras e inmobiliarias, pero también hay empresas de fabricación de muebles y de instalación de persianas

Por su parte, la inmobiliaria malagueña Eve Marina SL presentó concurso de acreedores el 30 de octubre de 2009, sólo dos semanas después de la elaboración de la anotación manuscrita sobre ella. En ésta, el liquidador hacía referencia un tal "Borja", que la Policía cree que se trata del presidente de la compañía, Francisco Borja R.N. En el caso de Vidal Grau Muebles SL, una mercantil constituida en 1978 y que llegó a figurar como una de las grandes empresas de fabricación de muebles de la Comunidad Valenciana, se sometió al concurso voluntario de acreedores en junio de 2008. Tres meses después ya figuraba como administrador único de la misma uno de los presuntos testaferros de De Cabo, Fernando Lavernia. Además, en julio de 2012, meses antes de su detención, otra de las compañías del liquidador, Nuevas Formas y Diseños, se quedó con la marca 'Vidal Grau' por sólo 6.000 euros. De la última empresa citada, Roller Star Holding SL, dedicada a la instalación de persianas, la Policía sólo destaca que entró en concurso de acreedores en noviembre de 2011.

De la fijación del liquidador por las empresas en apuros ya tenía conocimiento la UDEF, que en un informe de 2012 resaltaba la implicación de éste en otras operaciones presuntamente fraudulentas. Así, ya se señalaba que había controlado a Construcciones Azagra, la que ocupaba tres hojas de la pequeña Moleskine, a través de una de sus empresas 'pantalla'. Junto a ella, los agentes mencionan otras dos quiebras empresariales ya bajo investigación judicial: Teconsa y la Nueva Rumasa de la familia Ruiz Mateos, en las que también intervinieron mercantiles controladas por De Cabo. A amabas, añadían otras dos pequeñas sociedades, la alicantina Omega Urbacivil SL, que entró en concurso de acreedores en 2009 y fue liquidada dos años después, y la jerezana Vías, Canales y Puertos SA, en apuros desde finales de 2008. En total, una decena de empresas con dos elementos en común: estar cerca de la quiebra y aparecer en la agenda negra del hombre que saqueó Marsans. 

ASÍ SAQUEABA DE CABO

Los informes de la UDEF destallan el 'modus operandi' empleado por Ángel de Cabo para supuestamente saquear las compañías en apuros en las que entraba. Así, la Policía destaca que cuando acudían a él los empresarios "completamente desesperados", el liquidador les prometía salvar su patrimonio, reflotar sus empresas y, además, entregarles dinero sin ningún coste para ellos. Sin embargo, como reveló uno de los testaferros que terminó colaborando con la Policía, el objetivo verdadero del polémico empresario era "su lucro personal".

Para ello, ponía a sus hombres en nómina de las sociedades que adquiría con elevados sueldos, se apropiaba de los vehículos de alta gama que estuvieran a nombre de éstas, así como de los bienes muebles de las oficinas y vaciaba las cajas con facturas falsas libradas por alguna de las empresas bajo su control. Además, adquiría los bienes inmuebles del empresario quebrado con mercantiles 'pantalla', pero sin inscribirlas en el registro para que, llegado el momento, aparecer como adquiriente de buena fe y negociar por ellas con los administradores concursales.

Finalmente, introducía acreedores falsos en el listado del concurso mediante la emisión de nuevas facturas falsas por parte de empresas de su entorno. De este modo, cuando la autoridad judicial se hacía cargo de las compañías, la única solución viable era la liquidación de las mismas, ya que éstas estaban "completamente descapitalizadas, vacías" y lo verdaderos acreedores no podían cobrar. El dinero ya se lo había embolsado él.

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