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España

Rubalcaba tirará la toalla si el PSOE le obliga a una bicefalia y fuerza las ‘primarias’ antes de 2015

Rubalcaba reunió ayer a la ejecutiva socialista para escuchar la rendición de cuentas de Patxi López y Pachi Vázquez sobre su doble derrota electoral en el País Vasco y Galicia, pero, sobre todo, para comprobar si José Antonio Griñán, presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, daba la cara y mostraba sus cartas. Griñán y sus colaboradores llevan una semana filtrando la idea de que el liderazgo de Rubalcaba está amortizado y de que hace falta una cura de urgencia para frenar la sangría electoral que sufre el PSOE desde 2011.

Griñán y su entorno filtran desde hace una semana que el liderazgo de Rubalcaba está amortizado

El propio Griñán no se ha descartado como futuro candidato electoral, si bien en la ejecutiva de ayer prefirió ser precavido y hacerse eco de algo que es una evidencia: que en los últimos ocho meses el PSOE no ha sido capaz de elaborar una alternativa creíble, entre otras razones por las dificultades para desvincularse de la herencia que dejó el ex presidente Zapatero. El propio Rubalcaba, en esta especie de sálvese quien pueda que se detecta como estrategia generalizada en amplios sectores del PSOE, se desligó ayer de la reforma constitucional decidida por Zapatero en agosto de 2011 para evitar el rescate. “La propuesta la hizo el anterior presidente del Gobierno y yo entonces no formaba parte del mismo, solo era candidato, y para nada resulta desconocida cual fue mi posición sobre la forma y el fondo de esa decisión”, añadió para subrayar su oposición a la misma.

Buena parte de los asistentes a la reunión de ayer sacaron la conclusión de que Griñán ha decidido hacer la guerra por su cuenta, al margen de los órganos de dirección del PSOE, esperando a ver lo que pasa en Cataluña el próximo 25 de noviembre, el estado en el que queda Carmen Chacón y las voces que se alzan en el resto de las federaciones para forzar un cambio de rumbo. Hasta entonces, toca velar armas. Amplios sectores del Partido Socialista demandan caras nuevas y esto pasa por la convocatoria más pronto que tarde de unas elecciones ‘primarias’ para elegir el candidato de 2016. Pero Rubalcaba no quiere oír hablar de ello, de hecho ya ha advertido a Griñán que con él no se cuente para convivir con una bicefalia al estilo de la que sufrieron Joaquín Almunia y José Borrell cuando aun no estaba encauzada la sucesión de Felipe González.

El líder del PSOE no quiere probar la misma medicina que en su día envenenó la relación entre Joaquín Almunia y José Borrell

Veteranos dirigentes del PSOE intuyen que existe una guerra sucia entre el propio Rubalcaba y José Antonio Griñán. El primero señaló este lunes que se ha sentido “unánimemente” apoyado como secretario general del PSOE después del descalabro electoral en el País Vasco y Galicia, al tiempo que enfatizó una frase supuestamente pronunciada por el presidente andaluz a puerta cerrada: “Orgánicamente estoy muy bien donde estoy”. Rubalcaba se esforzó también en recordar que el andaluz ha sido uno de los principales valedores de la línea de oposición seguida por los socialistas tras la derrota electoral de 2011.

Tan agitadas bajan las aguas dentro del PSOE que la ejecutiva ni siquiera fijó ayer las fechas para el comité federal, máximo órgano entre congresos, ni para el Consejo Territorial, foro que reúne a los secretarios regionales. Todos dan por hecho que se celebrarán antes de fin de año, horizonte en el que todavía pueden ocurrir muchas cosas dentro de la olla a presión en la que se ha convertido el Partido Socialista.

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