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España

El empeoramiento de Adolfo Suárez no alivia las riñas familiares: el hijo aspira todavía a heredar el ducado

Adolfo Suárez Illana, hijo del expresidente, en el funeral de Santiago Carrillo celebrado hace dos años.

Hace meses que el hijo mayor del expresidente viene revelando a personas de su confianza, el Rey Juan Carlos y la infanta Elena entre ellas, que el estado de salud de su padre se deteriora por momentos. Desde 2003 en que se le diagnosticó alzheimer y se retiró de la vida pública, la dura enfermedad ha disminuido sus facultades hasta extremos que solo pueden comprender quienes están familiarizados con este padecimiento. El pasado lunes, su ingreso en un centro hospitalario de Madrid por una afección respiratoria puso en alerta al Gobierno, a los dirigentes de los principales partidos y también a los responsables de algunas instituciones, como el presidente del Congreso de los Diputados, no solo por el contenido emocional de la noticia sino también por la relevancia histórica de su protagonista: 37 años después de las primeras elecciones democráticas, nadie discute los méritos de Adolfo Suárez en un periodo tan convulso para España como fue la Transición.

El ingreso hospitalario del expresidente ha activado las alertas en el Gobierno y en las principales fuerzas políticas

Sin embargo, las complicaciones en el estado de salud del expresidente no han frenado las desavenencias familiares que enfrentan por la herencia del ducado a su hijo mayor, Adolfo Suárez Illana, con una de sus sobrinas, Alejandra Romero. Es una larga historia que conocen bien por dentro solo algunos de sus protagonistas y que encuentra en 1981 y 2006 sus dos eslabones principales. Solo cuatro días después de fracasar el golpe de Estado de Tejero,  de ello acaban de cumplirse 33 años, Adolfo Suárez y su mujer, Amparo Illana, ya fallecida, tuvieron la oportunidad de leer en el avión que les conducía de vacaciones a Nueva York las páginas del BOE en el que se le otorgaba el título de duque “por su lealtad, patriotismo y abnegación”. El Real decreto firmado por el Rey Juan Carlos y por el entonces ministro de Justicia, Francisco Fernández Ordóñez, hacía constar que el título se concedía con exención de los derechos fiscales en la primera transmisión y que tenía carácter perpetuo para Suárez “y sus sucesores legítimos por el orden regular de la sucesión”.

El título de duque le fue concedido a Suárez por el Rey, con la firma del ya desaparecido Francisco Fernández Ordóñez, en 1981, cuatro días después del golpe de Tejero

Este orden se alteró hace ocho años, durante la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, mediante una ley apoyada en el Congreso por el PSOE y el PP, no sin fuerte controversia interna, por la que se concedía a las mujeres los mismos derechos que a los hombres en el rango de preferencia para la sucesión de los títulos nobiliarios. La primogénita del duque de Suárez era su hija Mariam, fallecida de cáncer en 2004, y por ello a la que correspondería heredar cuando toque el ducado sería a su hija Alejandra, de 24 años, a no ser que los tribunales llegaran a decir lo contrario. La controversia en la familia descansa en la oposición del hijo del expresidente a renunciar al título nobiliario y ha llegado a los dos principales grupos políticos. Un veterano parlamentario de uno de ellos comenta su opinión: “A mí, personalmente, me pareció un despropósito cambiar la ley porque para lo único que ha servido es para incentivar las guerras dentro de la nobleza. Incluso hay sentencias posteriores que avalan la primacía del varón ya que el título de nobleza, en sí mismo, no es discriminatorio”.

Con la aplicación de la ley que Zapatero aprobó en 2006, el título nobiliario le correspondería a Alejandra Romero, sobrina del hijo del expresidente

El hijo mayor de Suárez pasó efímeramente por la política y después se metió a empresario. Que no se resigna a renunciar al ducado es algo que ya se ha filtrado a las altas instancias parlamentarias. Suárez Illana no hace buenas migas con algunos dirigentes del PP y se ha distanciado también de varios homenajes que se le han rendido a su padre, como el que se celebró el pasado lunes, 10, en la localidad abulense de Cebreros, donde se ha levantado un museo que tiene su nombre. Allí nació Adolfo Suárez y al acto acudió su hermano Ricardo, que no se habla con su sobrino, así como Aurelio Delgado, secretario particular del expresidente desde sus primeros pasos en La Moncloa. El presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, al que Suárez nombró gobernador civil de Huelva con solo 34 años, reivindicó las ideas de su mentor y el temperamento con el que pilotó la Transición, recetas que, en su opinión, son de “rabiosa actualidad” para resolver algunos de los problemas a los que se enfrenta ahora el país.

El hijo mayor de Adolfo Suárez está enfrentado también a sus tíos, a los que no acompañó hace una semana a un homenaje que se le rindió en Cebreros (Ávila)

A Posada y a otros dirigentes políticos que todavía se sientan en el Congreso y vivieron de cerca la época de UCD, Alfonso Guerra entre ellos, les afecta el grave deterioro de salud de Suárez, como también les afligió en su momento la desaparición de Gabriel Cisneros, uno de los ‘padres’ de la Constitución, al que el Congreso rindió homenaje albergando su capilla ardiente en el verano de 2007, o de Leopoldo Calvo-Sotelo, fallecido un año después, con el que la Cámara Baja tuvo un trato similar cuando se ofició el funeral de Estado. El viejo palacete de la Carrera de San Jerónimo no tuvo oportunidad de hacer lo mismo hace poco más de dos años cuando murió Manuel Fraga por deseo expreso de su familia.

Nota de la Redacción. Adolfo Sárez Illana se ha puesto en contacto esta mañana con la redacción de Vozpopuli para desmentir la existencia de desavenencias familiares ("me llevo genial con mis tíos, y quien diga lo contrario miente o está intentando hacer daño") y manifestar su falta de interés por la herencia del ducado, "algo que me importa entre poco y nada". El aludido sí admite problemas con su ex cuñado, marido que fue de su hermana Mariam, "con el que no se habla nadie de la familia". En opinión de Suárez Illana, "lo único que no merece Adolfo Suárez es que anden con cosas de este estilo precisamente en este momento".

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