Quantcast

Internacional

Votar de otra manera: peligros y aciertos del voto electrónico

En las elecciones estadounidenses de 1892 aparece la primera máquina que remplazaba el ejercicio de seleccionar un papel, doblarlo e introducirlo en una urna para elegir a un cargo público. La máquina, que funcionaba por un sistema de palancas, se extendió hasta que en 1960 la mitad de la población estadounidense votaba tirando de un hierro. Cinco años después Holanda permitió el uso del voto electrónico; comenzaba así el inicio de un proceso de evolución que aún hoy sigue generando controversia.

El avance de la tecnología insta al hombre a facilitar los procesos de selección. Existen varios sistemas de voto electrónico, entre los que cabe destacar el voto mediante urnas electrónicas y el voto electrónico remoto o mediante internet. Estos sistemas que funcionan de forma vinculante en siete países -Estonia, Bélgica, Brasil, EE.UU., Venezuela, India y Filipinas- son una vanguardia de un proceso que ya probaron otros cinco países, que en vista a unos resultados no seguros decidieron prohibirlos o paralizarlos.

Holanda, pionera en voto electrónico es uno de ellos. En 2006 un grupo de investigadores demostró los fallos de seguridad del voto electrónico, por lo que el gobierno en 2008 decidió volver al sistema de papel. Irlanda, Finlandia o Reino Unido son otros países en donde han cancelado el uso del voto electrónico. Alemania, en vista de varios pleitos y denuncias, declaró inconstitucional las urnas electrónicas.

Alemania, en vista de varios pleitos y denuncias, declaró inconstitucional las urnas electrónicas

Pero estas prohibiciones no han frenado a algunos países como la misma Holanda a seguir investigando otras formas de votar, como a través de internet y por el móvil, según un estudio en la web del Gobierno Vasco. En Estonia, el primer país en el que toda su población pudo votar mediante internet de forma vinculante, el 25% de los electores lo hizo a través de una web las últimas elecciones generales, varios días antes de la elección y pudiendo modificar varias veces su voto, mediante su DNI electrónico, que en Estonia está vinculado al móvil, lo que permite el reconocimiento.

Peligros y virtudes

Ante un avance inexorable en los últimos años de las investigaciones en el voto electrónico cabe plantear los peligros. Explicaba el físico alemán Werner Heisenberg que las ideas no son responsables de lo que los hombres hacen con ellas, y estos peligros son en parte responsabilidad de los que los gobernantes y votantes usen de las mismas, como la inmediación de terceros en el proceso, problema que ya plantea el voto por correo, algo que no impide que se lleve a cabo. Otro peligro, en comparación con las papeletas, es que es más difícil descubrir el origen de los errores porque se hace más complejo; pero existe un riesgo mayor, el pucherazo masivo. En un sistema por urnas individualizadas la manipulación debe ser individualizada, pero en un sistema por internet podría ser total, por lo que los niveles de seguridad deben aportar fiabilidad y deben estar controlados porque una manipulación puede romper la voluntad del proceso. Además, el voto electrónico imposibilitaría el voto nulo si no se habilita una opción específica.

En vista de estos riesgos también hay que destacar algunas virtudes. El sistema de voto electrónico remoto, que convive con el presencial en los lugares de implantación, según una web de instituciones internacionales especializada en temas electorales, con el voto electrónico se garantiza que cada voto sea contado solo una vez, protege el secreto del voto, garantiza mayor accesibilidad para personas con discapacidad, incrementa las posibilidades de mayor participación por un electorado en movimiento, facilita el voto para quienes viven en otros distritos, reduce el coste económico y el escrutinio y publicación es mucho más rápida.

En un sistema por urnas individualizadas la manipulación debe ser individualizada, pero en un sistema por internet podría ser total

Mayores riesgos que beneficios

En Reino Unido, según publicaba El País en 2007 la conclusión del informe de Open Rights Group aseguraba que los riesgos de pasar de la papeleta a la pantalla táctil eran mayores que los beneficios. Según explicaban, en aquellos lugares donde se ensayó el sistema, el recuento del voto electrónico supuso más trabajo que el tradicional y, en algunos casos, fue abandonado en favor del manual.

Estado Unidos desde el año 2000 permite a cada vez más militares en misión votar por internet en las elecciones, y cada vez más países investigan el voto por internet a sus ciudadanos en el extranjero, como Francia o Suiza.

En 2008, la socialista María Teresa Fernández de la Vega propuso el voto electrónico para emigrantes, y en las municipales de 2011 se administró electrónicamente las tareas más importantes de las mesas electorales. Pero este no fue el primer acercamiento del voto electrónico en nuestro país.

España

En 1997, en Galicia se probaron dos sistemas de votación con pantalla táctil y un año después el Gobierno Vasco regulaba el voto electrónico para las elecciones al Parlamento Vasco. En 2003 Cataluña realizaba pruebas con el voto electrónico remoto para catalanes en el extranjero, con un sistema que el PP calificó de “irresponsable” y en 2010 el Ayuntamiento de Barcelona realizó una consulta donde utilizó la votación a través de internet y de móvil, que registró bastantes problemas.

Varios partidos han probado sistemas de votación electrónica remota internos, en el caso más sonado últimamente, Podemos, además de la votación interna vía móvil en sus primarias para elegir candidato a las europeas y su sistema de afiliación y código para votar, están explorando métodos de participación a través de aplicaciones como Appgree, que están recogiendo una amplia participación. El voto electrónico es un campo cada vez más explorado y en unos años podría hacerse una realidad, con sus controversias y sus posibilidades.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.