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Internacional

Reino Unido toma medidas contra los inmigrantes: paga a los taxistas para alejarlos de Calais

Un inmigrante salta la valla antes de intentar tomar un tren en su ruta hacia Inglaterra, en Calais (Francia)

La crisis de la inmigración que estos días se ha acentuado en la localidad francesa de Calais está desbordando a los países implicados. Reino Unido está saturado y ha tenido que tomar medidas para intentar atajar el caos. Las peticiones de asilo han pasado de 368 el pasado mes de marzo a 629 la semana pasada, un número tan elevado que impide que los servicios sociales puedan hacer frente a la situación, según recoge el diario británico The Telegraph. 

Localidades como Kent están sufragando los desplazamientos de los jóvenes que han tratado de cruzar el túnel de Calais a nuevas viviendas en Londres. Las arcas públicas están pagando los taxis en los que se mueven, cuyos conductores reciben 150 libras por llevar a los inmigrantes a un alojamiento temporal a más de 100 kilómetros de distancia. Es la medida que ha adoptado el Gobierno después de que los servicios sociales sean incapaces de atender a tanto joven recién llegado, ya que los albergues están saturados. 

Los inmigrantes son enviados a hoteles de tres estrellas en Lancashire con tres comidas al día y una paga de 35 libras a la semana

Algunas empresas de taxistas de Dover han sido contratadas por la Administración para llevar a cabo unos ocho viajes a Londres en una semana, lo que supondría una factura de más de 1.200 libras, según publica el diario El Mundo. Kent, por su parte, admite que hace todo lo posible para paliar los efectos de la crisis, aunque advierte de que tenía un déficit presupuestario de 5,5 millones de libras por el cuidado de los recién llegados. El condado no tiene capacidad para acoger a más inmigrantes, según palabras del alcalde que recoge el diario. 

Los que han logrado entrar en el país son enviados a hoteles de tres estrellas en Lancashire, donde disponen de tres comidads al día y una paga en efectivo de 35 libras a la semana. Estos gastos podrían ser devueltos por el gobierno central más adelante, según señalan algunas fuentes. 

Además, las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno obligan a que los caseros británicos tendrán que expulsar de sus casas a los inmigrantes que pierdan el derecho a residencia en el país, sin necesidad de autorización judicial. Serán los caseros quienes deberán asegurarse de que no alquilan sus propiedades a personas sin permiso de residencia. El nombre de aquellos cuya petición de asilo ha sido rechazada será comunicada por el ministerio del Interior, quien además penalizará a los caseros que no lleven a cabo esta medida con una multa o una pena de prisión de hasta cinco años. 

También los camioneros se enfrentan a sanciones de multas entre 1.000 y 2.800 euros si alguno de los inmigrantes se sube de manera furtiva en sus vehículos, algo que además está dejando intranquilos a los conductores, que temen transportar algún polizón sin darse cuenta y ser sancionados por ello, por lo que han evitado parar en las cercanías del paso fronterizo. Admiten que "no saben qué más hacer" y que acuden a la zona con miedo a que se les cuelen y puedan llegar a morir. "Antes los camiones cisterna quedaban relativamente al margen, pero tenemos la impresión de que han encontrado la manera de entrar", señaló al JDD un conductor de Calais, que entre otras alternativas apuesta por no pararse para dormir a menos de 150 kilómetros de esa ciudad.

Una crisis global

 

Precisamente este domingo Francia y el Reino Unido mostraron un frente común contra la presión migratoria en el puerto galo de Calais con el que dejaron claros sus esfuerzos para aplacarla, pero advirtieron de que la respuesta debe ser global y contar con el apoyo del resto de países, según recoge Efe. 

"Estamos haciendo frente a una crisis migratoria global que no afecta solamente a nuestros dos países. Responder a ella constituye una prioridad europea y una prioridad internacional", subrayaron en un comunicado conjunto sus respectivos titulares de Interior, Bernard Cazeneuve y Theresa May.

La declaración conjunta, publicada por el diario Le Journal du Dimanche (JDD), insistió en que París y Londres no pueden gestionar en solitario una problemática que comienza con la llegada a Europa de los clandestinos.

París envió 120 agentes para reforzar la seguridad, mientras que Londres invertirá 7 millones de libras en una valla más fuerte y en un área de protección para camiones

La presión migratoria ha estallado con fuerza esta semana con tentativas masivas de entrada a las instalaciones del túnel ferroviario que une ambos países, pero ha sido foco de tensión constante en el pasado en esa zona, donde cerca de 3.000 inmigrantes malviven con el objetivo de cruzar el canal de la Mancha. "Muchos de los presentes en Calais para intentar llegar al Reino Unido han pasado por Italia, Grecia y otros países. Francia no es para ellos más que un país de tránsito, razón por la que trabajamos mano a mano con otros estados de la Unión Europea para encontrar una solución satisfactoria", añadieron Cazeneuve y May.

Ante los elevados intentos de intrusión desde el pasado lunes, que se situaron el martes en los 2.000 y anoche se redujeron a los cerca de 400, sus gobiernos han puesto en marcha ya medidas de choque. París envió 120 agentes para reforzar la seguridad, mientras que Londres anunció la inversión de 7 millones de libras (unos 10 millones de euros) en la construcción de un área de protección para camiones con destino al Reino Unido y el levantamiento en la terminal de Coquelles de una valla más fuerte que la actual.

Pero ambos ministros reconocieron que ponerle fin implica ampliar el ámbito de actuación. "A largo plazo, toda respuesta perenne pasa por la reducción del número de personas que abandonan África para llegar a Europa por razones económicas", subrayaron en esa declaración, en la que matizaron que "las naciones europeas siempre ofrecerán protección a quienes huyen de los conflictos y de las persecuciones".

Esta postura común sucede a los llamamientos en uno y otro país para que cada parte asuma sus responsabilidades y a la conversación mantenida el viernes entre el presidente francés, François Hollande, y el primer ministro británico, David Cameron, en la que se comprometieron a seguir trabajando juntos.

Este frente voluntarioso, no obstante, contrasta con posicionamientos más radicales de políticos de la zona, enfrentados a diario con las consecuencias. "A nuestros amigos británicos les digo que nuestra exasperación es total. Hace falta que sepan lo que muchos franceses piensan: Si no se ha sabido evitar que lleguen (a Europa), vamos entonces a dejar de impedir que partan (a Inglaterra)", indica el diputado conservador Xavier Bertrand, candidato a la presidencia regional.

Ni vallas ni cierre de frontera

Desde ONG como France Terre d'Asile, su presidente, Pierre Henry, razona que la cuestión no se puede resolver con vallas ni con el cierre de la frontera, sino con una política migratoria que, entre otros puntos, permita a los demandantes de asilo llegar a Gran Bretaña "dentro de la legalidad".

La voluntad de cruzar el canal no se salda solo con intentos infructuosos: nueve inmigrantes han perdido la vida en dos meses, el último de ellos el pasado martes, cuando un hombre de origen sudanés fue atropellado por el camión al que iba a subir.

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