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Internacional

La población activa en EEUU cae a niveles de 1978

Los datos económicos que llegan de Estados Unidos son, por lo general, muy positivos: las bolsas superan un máximo tras otro y la lenta retirada de las que no las hace caer, las empresas declaran mayores beneficios, la venta de viviendas nuevas ha sido la más alta desde 2008, el PIB aumentó un 3,2% en 2013, la energía se abarata cada vez más, la inflación está baja…

Entre los datos negativos destaca el de la reducción de la tasa de actividad o la población ocupada. Ésta mide las personas mayores de 16 años de edad que está trabajando o que busca activamente un empleo, y que además ni son militar en activo ni preso en cárceles. En la actualidad es la más baja desde 1978.

Según el Departamento de Estadísticas Laborales (Bureau of Labor Statistics), la población ocupada en 2013 ascendió a 245,679 millones de personas, de un total de 316 millones. De ellos, 155,389 millones (63,2%) estaba trabajando o buscando empleo, mientras que 90,290 millones (36,8%) o están desempleadas o han renunciado a encontrar un trabajo. El porcentaje es idéntico al registrado en 1978, por lo que el mercado laboral de EEUU ha retrocedido 36 años.

Desde principios de la década de los 60 del siglo XX, la población activa fue aumentando hasta mediados de los años 90, cuando se acercó al 68%. Entonces, inició un imparable descenso que no se ha detenido, sea en épocas de expansión o de crisis, sea con presidentes republicanos (George W. Bush) o demócratas (Bill Clinton y Barack Obama), sea en paz o con guerras, sea con alto gasto militar o con bajo gasto militar.

En 2000, el número de estadounidenses excluidos de la población activa fue de 69,994 millones; en 2013, de 90,290 millones; y en enero pasado de 92,535 millones.

La falta de buenos empleos, una de las razones

Los economistas que estudian la población activa explican este descenso por varias razones, entre las que destacan la jubilación de la generación del baby-boom, la más numerosa; el cada vez más bajo número de estudiantes que trabajan; y, para muchos la principal causa, la desaparición de buenos empleos (indefinidos, seguros, con posibilidades de ascenso o bien retribuidos).

Entre los ausentes de la población activa se incluyen, con independencia de su formación, estudiantes, jubilados, militares, presos, rentistas, minusválidos, personas que se quedan en casa para cuidar de sus hijos… y personas que renuncian a trabajar en subempleos o empleos donde ganarían menos que en los anteriores que desempeñaron.

Esta situación es preocupante, porque supone que un grupo cada vez menor de la población debe financiar las pensiones y los programas de sanidad pública, como Medicare, de los que se aprovecha la totalidad; y también que la economía de EEUU está desaprovechando a parte de su fuerza laboral.

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