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Internacional

"Estoy en shock. Muchos ni saben por qué han votado sí, pero ya no hay vuelta atrás"

Lucía Sánchez Ibáñez y Natasha Ganatra-Gupta son las responsables de una farmacia en Birminghan

Lucía S. Ibáñez es una de los más de 200.000 españoles que residen actualmente en el Reino Unido y que este viernes se han despertado sobresaltados por culpa de un porcentaje. Una invasión de mensajes de WhatsApp hacían vibrar su teléfono móvil a eso de las 5.30 horas de esta madrugada, momento en el que suele activar los datos como primer paso para comenzar su rutina en Birmingham. El 52% de los votantes ha decidido que su país de acogida abandone la Unión Europea y decenas de amigos y familiares querían saber cómo estaba.

Mientras removía con la cuchara un Cola Cao -producto que no falta en su maleta cada vez que regresa desde España- una serie de consecuencias se sucedían en cadena tras el resultado de un referéndum histórico. Al batacazo de la libra, que ha caído en picado a su nivel más bajo desde 1985, le ha seguido el "massive mega thanks" de un exultante Nigel Farage, líder del partido ultranacionalista UKIP, así como de otros políticos eurófobos. Desconcertada, esta farmacéutica nacida en Bilbao, aunque criada en Cáceres, poco a poco iba tomando consciencia de que el Reino Unido se había convertido en el primer país en abandonar el 'club' europeo y, poco después de llegar en el establecimiento en el que trabaja, el primer ministro David Cameron ya había anunciado su inminente dimisión.

"Me preocupa es que nos empiecen a tratar de forma diferente por ser extranjeros", dice una farmacéutica española que vive desde hace seis años en Inglaterra

"Estoy realmente triste. Muchas personas han votado sí al 'Leave' sin saber por qué y ahora ya no hay vuelta atrás", dice desde Walsall, el pueblo industrial al noroeste de Birmingham donde se ubica la farmacia de la que es responsable. "Lo que más me preocupa es que nos empiecen a tratar de forma diferente por ser extranjeros. Antes había más respeto hacia otras nacionalidades y culturas, pero a medida que la campaña en torno al Brexit ha ido avanzando, la mala educación y el odio hacia los extranjeros está creciendo", reconoce Lucía, que vive desde hace seis años en Inglaterra y cuya pareja es inglés.

Sin embargo, asegura que los residentes españoles están "mejor vistos" que otros ciudadanos extranjeros. En Walsall, donde conviven familias de origen polaco, rumano, indio y también inglés, Ibáñez asegura tener la oportunidad de poder escuchar diferentes opiniones y concluye que muchos ciudadanos han votado a favor de la salida del Reino Unido de la UE porque consideran que derivará en un control más férreo sobre la inmigración. "Piensan que así habrá menos inmigrantes y esto les servirá para hacerse más ricos", relata. En su opinión, este argumento no tendría sentido si se tiene en cuenta que muchos extranjeros pagan un porcentaje mayor en impuestos que el que suponen los 'benefits', las recurrentes ayudas por parte del Gobierno con las que subsisten algunos ingleses.

Caos burocrático

Ibáñez aterrizó en Inglaterra un 1 de mayo de 2010 Día del Trabajador, y trabajar es lo único que ha hecho desde entonces. Disgustada, solo espera que el proceso de salida del Reino Unido del proyecto comunitario se haga de forma controlada y sin alimentar los extremismos. Con ella coincide la otra responsable de la farmacia, Natasha Ganatra-Gupta, una británica de origen indio de la que se ha hecho amiga y que ni siquiera estaba de acuerdo con que esta decisión se haya dejado en manos del pueblo.

"No deberíamos haber permitido que una decisión tan importante dependiese de una votación así", sentencia. "Es como si le preguntases a la gente '¿qué prefieres, una manzana o una banana?''", compara. Según Ganatra-Gupta, la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea no debía dejarse en manos de la gente, ya que no "teníamos la suficiente información para ir a votar con conocimiento y responsabilidad". "Al final muchos han votado a ciegas y ahora parece que estamos en estado de pánico", considera.

"Pienso que las dificultades para encontrar trabajo de los recién llegados van a ser mayores a partir de ahora", aventura una dentista española

Otra española, Elisabeth González, trabaja como dentista en un centro de salud del National Health Service (NHS) y, aunque considera que la no permanencia del Reino Unido en la UE no repercutirá en el trato hacia los extranjeros residentes en el país, sí cree que el Brexit va a tener una gran repercusión económica. "Esto va a suponer un auténtico caos burocrático", lamenta esta residente en la localidad de Stamford. Y añade que las inversiones extranjeras se verán "afectadas".  "Lo que más me preocupa es la sensación de desconcierto que reina en el país y, aunque no creo que nos vayan a tratar peor, sí pienso que las dificultades para encontrar trabajo a las que se van a enfrentar los recién llegados van a ser mayores a partir de ahora", aventura.

Desde Escocia, nación que ha votado en contra a la salida del Reino Unido con un 62%, Ewan Bleiman resalta la incertidumbre de la jornada. "En la campaña a favor del Brexit no se ha propuesto una solución concreta, por lo que no sabemos cuál será la meta de las negociaciones con Bruselas", estima. "Por otro lado, Cameron ha dimitido y tampoco sabemos quién liderará el país y cuál será su proyecto", añade. Por ello, Bleiman considera que Reino Unido ha entrado "en un fase de inestabilidad que durará años".  "Todo esto tendrá muchos efectos como unos movimientos nacionalistas que se verán reforzados en países como Francia; unas fronteras más fuertes entre el norte y el sur de Irlanda o una escalada de tensión con Gibraltar por España", dice. Además, continúa, en Escocia ya se han vuelto a cuestionar la independencia.

En definitiva, los 3 millones de ciudadanos europeos que trabajan en el Reino Unido se han despertado este viernes preguntándose qué será de su futuro laboral, una cuestión con la que recientemente bromeaba The Guardian antes de conocer el resultado del referéndum. El conocido diario, tirando de humor inglés, publicaba una guía para sobrevivir al Brexit en un país sin fontaneros polacos, donde se congela el queso y sus ciudadanos se ven obligados a veranear en Albania.

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