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Internacional

La pista española acaba en Maranello con el arresto del fugitivo más buscado de Brasil

Henrique Pizzolato, exdirector de Marketing del Banco de Brasil, fue uno de los creadores del PT, el partido de Lula Da Silva.

El exdirector de Marketing del Banco do Brasil Henrique Pizzolato no respetó ni a su familia para eludir la cárcel. El fugitivo más buscado de Brasil abandonó el país dos meses antes de dictarse su ingreso en prisión para cumplir 12 años y 7 meses por formar parte de una red de corrupción de su partido el PT, fundado hace 34 años junto al expresidente Lula Da Silva. Suplantó la identidad de su hermano Celso, muerto en 1978, huyó a Buenos Aires, donde embarcó con destino a Barcelona. La pista española fue decisiva para localizarlo en Maranello, cuna de Ferrari en Italia.

La esposa de Henrique Pizzolato la arquitecta hispano-brasileña Andrea Eunice Haas se arrepentirá toda su vida de haber comprado y matriculado en Málaga un bonito Fiat Punto de color rojo. Lo adquirió hace algunos años y lo guardó mientras planificaba la fuga de su esposo que, junto a otros 24 corruptos, fue condenado a finales de 2013 en el denominado 'mensalao', el juicio más importante de corrupción en Brasil de las últimas décadas.

Para dar con su paradero en Maranello, donde estaba escondido en la casa de su sobrino, ingeniero en la fábrica de Ferrari, la policía italiana solicitó colaboración a su homóloga española. Querían confirmar la propiedad de un Fiat Punto matrícula 7597 GNF ya que ni Henrique Pizzolato ni su esposa salían de la vivienda ante el temor de ser descubiertos. El coche estaba aparcado frente a la casa. En cuestión de horas la policía española confirmó que Andrea Haas era la dueña del turismo adquirido en Málaga.

Los investigadores lo tenían claro si Andrea era la propietaria del automóvil su marido se refugiaba en la casa. Bingo. Al ser descubierto Pizzolato se rindió, aunque en perfecto italiano les explicó a los policías que todo era un error que no se llamaba Henrique, que era Celso Pizzolato. La farsa duró apenas unos minutos.

La rocambolesca y planificada fuga de Henrique Pizzolato se había urdido años atrás. Todo comenzó en 2007. En noviembre se dirigió al registro de la pequeña Lages (Santa Catarina) para conseguir un RG (DNI español). Presentó un certificado falso de defunción a nombre de su hermano Celso, muerto en 1978 en Foz de Iguaçu en un accidente de tráfico. Tras obtener el documento se dirigió a Río de Janeiro para conseguir un CPF y el título electoral del hermano muerto, documentos imprescindibles para conseguir un pasaporte brasileño.

Henrique Pizzolato (Concordia, Santa Catarina, 1952), al que Interpol calificó como “inteligente, experto y muy bien organizado”, tuvo la osadía de votar dos veces en las elecciones brasileñas de 2008: una a su nombre y la otra con el documento de su hermano fallecido 36 años atrás.

Faltaban seis años para que fuera condenado, pero Pizzolato lo tenía todo planificado. En 2008 solicitó un pasaporte brasileño a nombre de su hermano. A pesar de ser una persona conocida en Brasil necesitaba confirmar que podía viajar al extranjero sin levantar ninguna sospecha. El objetivo era hacer un test para comprobar la fiabilidad del pasaporte fraudulento. Hizo un viaje al extranjero en 2010, quizás a España. Y no tuvo ningún problema.

El minucioso plan se activó en septiembre de 2013. Pizzolato, propietario de una gran fortuna, tenía la certeza que tras un largo y mediático juicio iba a ser condenado de manera severa y no quería pasar ni un minuto en las duras cárceles brasileñas. Meses antes colocó otra pieza en su puzzle. Solicitó a las autoridades italianas una alteración en su estatus pasando de “italiano residente en el extranjero a “italiano residente en Italia”. Estaba claro que Pizzolato iba a vivir en la clandestinidad en el país transalpino.

El exdirector de Marketing del Banco do Brasil abandonó el país por Dionísio Cerqueira (Santa Catarina), lindante con Bernardo de Irigoyen, en Argentina. Fue el 11 de septiembre de 2013, dos meses antes que la justicia ordenase su ingreso en prisión. Huyó en coche. Un día después tras recorrer 1.300 kilómetros llegó a Buenos Aires y usando el pasaporte falso de su hermano embarcó en un vuelo de Aerolíneas Argentinas con destino a Barcelona. El billete lo había adquirido su esposa.

Su huella y su foto quedó registrada en Buenos Aires

Aquí cometió otro grave error en su desesperada huida. Fue el 12 de septiembre a las 19 horas y 8 minutos. En el aeropuerto bonaerense de Ezeiza los agentes de inmigración le tomaron una fotografía y le obligaron a registrar sus huellas digitales. Lógicamente no pudo suplantar la identidad de su hermano Celso, fallecido 36 años antes.

En Barcelona le esperaba su esposa que días antes cargada de tres aparatosas maletas había abandonado de madrugada su lujoso apartamento ubicado en el número 46 de la calle Domingos Ferreira de Río de Janeiro.

En el estacionamiento Andrea había aparcado su bonito Fiat Punto rojo matrícula 7597 GNF que sería decisivo para detener a Pizzolato. Era el 14 de septiembre y el primer destino del fugitivo fue la ciudad portuaria de La Spezia. “En octubre antes de ser forajido de la justicia también pasó por Treviso”, explicó el coronel de la Interpol Francesco Fallica. Al final fue arrestado en Maranello, ciudad distante 322 kilómetros de Roma.

En la casa de su sobrino la policía encontró 10 documentos falsos, uno de ellos un carné de conducir español expedido en Málaga, así como 15.000 euros y algunos dólares. Fallica confirmó que Henrique Pizzolato “también constaba como residente en Málaga”. Algunas fuentes explicaron que podría tener nacionalidad española. No se descarta que Andrea Eunice Hass y su esposo fueran propietarios de alguna propiedad en la ciudad andaluza.

El paso más complicado fue confirmar que el matrimonio residía en la casa de Fernando Garro. La pareja había llegado a la vivienda una semana antes, tenía las ventanas cerradas y no salían de la misma. La policía italiana verificó si se gastaba agua y constataron que se consumía aunque, aparentemente, no había nadie en el apartamento. Después decidieron cortar la luz. Fue en ese instante cuando Pizzolato salió de la vivienda para verificar que pasaba. Se hicieron las primera fotos que confirmaron que el forajido estaba allí.

Ahora Italia tiene que autorizar la extradición de Pizzolato a Brasil. La ley determina que un ciudadano italiano no puede ser extraditado a otro país. Fallica recordó que una brecha legal facilitará la extradición. La Procuraduría General de la República (PGR) de Brasil ha solicitado al Ministerio de Justicia la entrega de Pizzolato, para que, a su vez, se lo comunique a las autoridades italianas. Será la Corte de Apelación de Bolonia la que decida sobre el caso.

El exdirector de Marketing era el único de los 25 condenados por el caso 'Mensalao' que estaba prófugo desde que el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil ordenara el 13 de noviembre su entrada en prisión. Condenado por delitos de corrupción, crimen organizado y blanqueo de capitales, Pizzolato deberá cumplir 12 años y siete meses de prisión.

El 'mensalao' fue el mayor caso de corrupción de Brasil, que consistió en la compra de votos por parte del Partido de los Trabajadores (PT) a congresistas afines para garantizar su apoyo al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en la sede legislativa.

El también conocido como 'juicio del siglo' consiguió sentar en el banquillo a 38 personas, entre ex ministros, ex congresistas, banqueros y empresarios, por corrupción, blanqueo de capitales, evasión de divisas y organización criminal. Pizzolato era el único forajido de la justicia hasta que la colaboración de la policía española facilitó su arresto en Maranello.

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