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El 'show' del hombre que hizo un 'lifting' a Aznar y a su "rancio" partido

Imagen del monitor de la Audiencia Nacional con la declaración de Álvaro Pérez Alonso (i), el "Bigotes".

La declaración de Álvaro Pérez Alonso, alias 'El Bigotes', ha dejado varias cosas clarar. En primer lugar, que tiene una tía a la que llaman Chonchi. La segunda, que se ha cometido una injusticia al no haberle concedido aún la medalla al mérito en el trabajo. Y, en tercer lugar, que el responsable de que José María Aznar perdiera esa mirada de "mala leche" que le acompañaba en los mítines fue exclusivamente él. Durante las tres horas que ha estado respondiendo a las preguntas de su abogado -al único al que ha contestado-, el personaje más histriónico de la trama ha sacado a relucir su faceta de 'showman', capaz de arrancar una carcajada a los presentes en la sala de vistas y de proclamarse en el "defensor de los tacos, como Camilo José Cela". Al 'Club de la Comedia' le ha salido un competidor.

'El Bigotes' ha negado que entregara sobres o regalos a Jesús Sepúlveda, Ana Mato, Jesús Merino o Luis Bárcenas. "Jamás", "nunca", "nada" ha dicho de manera reiterada

Acusado en este juicio por un delito de cohecho por el que la Fiscalía Anticorrupción le pide 5 años y dos meses de prisión, buena parte del interrogatorio al que le ha sometido su letrado defensor ha ido dirigido, precisamente, a desacreditar las pruebas que le vinculan con entregas de dinero y otros regalos a políticos. En concreto, a Jesús Sepúlveda y su mujer, Ana Mato; al ex diputado Jesús Merino y a Luis Bárcenas. "Jamás", "nunca" y "nada" han sido sus tajantes respuestas cuando se le ha interrogado por su participación en estos supuestos sobornos. También se ha desmarcado de la organización de la fiesta de 2004 con payasos y globos para el ex alcalde de Pozuelo de Alarcón -"en esa fiesta no me colé", dijo parafraseando a Mecano-; de la compra de un bolso Luois Vuitton para la ex ministra de Sanidad y, por supuesto, de cualquier asunto que tuviera que ver con la 'caja B' de su jefe, Francisco Correa. Al fin y al cabo, se ha presentado con un "creativo" tan despreocupado de las cuestiones económicas que Hacienda, la Seguridad Social y las multas de tráfico le perseguían desde el año 1993 y por ello 'Don Vito' no se fiaba de él ni un pelo. "Soy un desastre en eso", ha recalcado siguiendo la estela que le había marcado el día antes Pablo Crespo en su declaración.

De hecho, asegura que Correa lo ataba en corto con los gastos y le controlaba, incluso, que pagase esas deudas con el fisco con la que intentado justificar tanto las entregas mensuales de fondos a "J.S." -que él ha identificado como su asesor fiscal, José Sevilla, y nunca como Sepúlveda-, como las que aparecían ligadas a "Luis el Cabrón", que, por supuesto, Él Bigotes' ha negado que fuera Luis Bárcenas. De hecho, se ha atribuido el mérito de ser la persona que puso ese mote al empresario Luis Delso, aunque ha aclarado que "era un apelativo muy cariñoso". Al fin y al cabo, ha asegurado que éste le dejó dinero para sus problemas personales sin decírselo a Correa para que éste "no me diera de tortas". Con este préstamo ha intentado explicar las entregas de dinero que Anticorrupción relaciona con Barcenas, una persona a la que ha asegurado conocer sólo de vista de los mítines y poco más. "Jamás le he dado nada, de nada, de nada. Sólo los buenos días y las buenas tardes", recalcó.

"Yo soy muy bueno"

Marcada las distancias con el tema del parné, Álvaro Pérez se ha esforzado por mostrarse como un genio del marketing político que elimino los "oscuros" y los "grises" de la escenografía de los mítines del PP para mudar la imagen de un partido que calificó como "muy rancio". Una lavado de aspecto que incluyó al que entonces era su líder, José María Aznar, y esa "cara de mala leche" que el entonces presidente del partido tenía por culpa de sus "cejas muy pobladas y los ojos hundidos". Para ello, detalló que utilizó un cambio de luces, de altura de escenario, de fondos... Un auténtico 'lifting', como ha señalado. Tanto éxito tuvo que asegura que a las empresas de la Gürtel les llovían las propuestas de trabajo que no podían hacer. "Eramos lo mejores", señaló en varias ocasiones sin el menor signo de humildad. Al fin y al cabo, asegura que "se dejó la piel currando" para el PP "de día y de noche". Un esfuerzo que hizo que su mujer pareciera "soltera o viuda" porque estaba currando las 24 horas días. Eso sí, con un "éxito absoluto". "No fallábamos. Yo era muy bueno", añadió.

Álvaro Pérez también ha criticado las condiciones de su detención en un intento de restar valor a la declaración que prestó ante el juez Garzón

Entre tanta auto alabanza, 'El Bigotes' también ha tenido ocasión de recordar su detención y, como ya había hecho Pablo Crespo, de presentarla como un episodio  aterrador con el fin de quitar cualquier valor incriminatorio a la declaración que prestó tras su arresto ante el juez Baltasar Garzón. "Llevaba el pantalón meado. Me hice pis encima de miedo cuando entré en el calabozo con otras 40 presos", ha asegurado ante de insistir que "lo he pasado muy mal durante 8 años" y que, por ello, ha 'desconectado' tanto del sumario que ni se había leído el escrito de acusaciones de Anticorrupción hasta que le "obligó" su abogado. Lo que también ha quedado claro es que el letrado también le ha aleccionado para que su reconocida "vehemencia" no le jugase una mala pasada y le llevase "al desastre". Incluso se ha dirigido al Tribunal para que le 'frenasen' si se soltaba alguna palabra malsonante. Al fin y al cabo él, "como Camilo José Cela" es "un defensor del taco". Una forma más de no pasar inadvertido. La otra, su bigote "espléndido", ahora camuflado por una poblada barba . De hecho, aseguró que ese capilar aditivo facial hace que "nadie se olvide de mi". Desde este viernes, seguramente tampoco le van a olvidar en 'el Club de la Comedia' por hacerle la competencia.

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