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El éxito del carnet por puntos se acaba, el número de muertos ya no disminuye

La DGT aumentará este año el número de controles de drogas en carretera un 38%.

Hace algo más de una década entró en vigor el carnet por puntos, la alarma social por el insoportable número de muertes en carretera se disparó y la concienciación en seguridad vial pasó a ser tema de Estado. Sin embargo, en 2016 el último estudio de la DGT mostró que número de víctimas mortales en accidentes de tráfico volvió a aumentar con respecto a años anteriores. 1.160 personas fallecieron en la carretera, más de tres personas al día. Desde 2006, el respeto por las sanciones o por la pérdida de puntos había logrado reducir la cifra de muertos de 3.119 al último dato registrado a 1.160. En 2016 aumentó de nuevo la cifra de fallecidos al volante con respecto al año anterior. Y, aunque parezca increíble, 161 de las víctimas mortales no llevaban puesto el cinturón de seguridad. Esta dejadez es fruto de que la preocupación por la seguridad vial se encuentra en un escalón muy inferior al que debería ocupar –ni siquiera está entre los 10 temas que más ocupan a los españoles-. 

"Lo primero y más importante es que la seguridad vial debe convertirse en una prioridad política y en una cuestión de agenda de los medios de comunicación", esta es la primera petición de Antonio Lucas, jefe de Prensa y doctor en Seguridad Vial de RACE. Para Jesús Monclús, director experto en Seguridad Vial de la Fundación MAPFRE, la pérdida de la sensibilidad a ciertas normas "es algo habitual". "Muchas medidas de seguridad vial tienen un impacto muy importante inicial y ese impacto se tiende a diluir (…) El carnet por puntos en España tuvo un impacto muy claro en los primeros 18 a 24 meses", añade. Tanto Lucas como Monclús coinciden en algo: el debate social como método de divulgación "es clave". "Era un debate que se producía en las cenas con los amigos, pero lo más importante era que por primera vez los medios de comunicación explicaban por qué se quitaban puntos y se habló de la gravedad del alcohol y la conducción", afirma Lucas. Monclús denomina 2006 como "una especie de catarsis colectiva". "¿Qué era eso de que podían quitarme algo que ya me habían dado? Era un tema social y, seguramente, la mejor campaña de seguridad que circuló porque todo el mundo hablaba de eso", señala.

Además de la propia difusión realizada por la sociedad al percatarse del riesgo que corría su permiso de circulación, España ha ofrecido en sus pantallas duras campañas sobre los efectos del alcohol o las drogas en la conducción. Una de las más recordadas, es la protagonizada en 2012 por Enrique Peteiro. El testimonio, breve y conciso de esta víctima, deja la piel helada a cualquiera que lo ve. En el anuncio narra desde su silla ruedas lo que le sucedió por una noche de excesos antes de ponerse al volante: "Jamás volveré a ser el chico de antes, jamás. He perdido a todos. Lo he perdido todo por una noche loca”. Con esto se forma lo llamado "conocimiento vial". Según Monclús, "lo importante es captar la atención y dar un mensaje que recuerdes". Personalmente, recuerda el programa La segunda oportunidad, que se emitió entre 1978 y 1979 y fue conducido por Paco Costas. Tras este, pocos ejemplos se conocen de espacios televisivos que traten de concienciar y prevenir la siniestralidad.

Silencio político

Por ello, ambos expertos piden que se recupere con urgencia como tema de actualidad. "En las últimas Elecciones Generales, absolutamente nadie ha hablado de los accidentes de tráfico, ni de qué propuestas van a hacer para reducirlos", asegura Lucas. "Eso es un problema, porque si la sociedad no percibe que esto es un problema es que para la sociedad no existe esta preocupación", añade. Asimismo, la crisis económica sufrida desde 2008 ha supuesto la pérdida de medios de mejora de las vías. "Durante los años de la crisis han pasado dos cosas: primero que no se han abierto tantas autopistas y autovías como anteriormente y el mantenimiento se ha visto mermado", incide Monclús.

El de la Fundación MAPFRE reclama que "el banco mundial apunta que hay que dedicar entre un dos y un tres por ciento del coste de la infraestructura al mantenimiento". Este hecho no se cumple. Lucas pide responsabilidad: "Los conductores europeos pagamos a las arcas del Estado y vemos que en España de todo lo que pagamos, solo recibimos un 60% de nuestros impuestos", asegura. "Nosotros detectamos que desde hace siete años existen tramos y puntos de riesgo que siguen siendo peligrosos" y eso, sentencia, es demasiado preocupante.

Las sanciones como fracaso de la sociedad

Recientemente, la DGT abrió un nuevo debate al presentar su nuevo planteamiento acerca de la renovación del permiso de conducir. Y es que, Tráfico estudia denegar el carné a conductores reincidentes por consumo de alcohol o drogas. Cuando se instauró el carnet por puntos en 2006, "se habló de la gravedad del alcohol y la conducción, se habló de la distracción como elemento de riesgo (…) El usuario iba teniendo conocimiento del riesgo de ciertas conductas que provocaban la retirada del permiso", afirma Lucas. Sin embargo, los datos todavía rondan el 40% de usuarios fallecidos por cuestión de alcohol y drogas. "Los últimos datos que llegan de la DGT son de más personas conduciendo en este momento bajo el consumo de drogas como el cannabis o la cocaína que del propio alcohol", señala Monclús.

Según Lucas, "perder el carnet de conducir es el último recurso, pero si no se tienen las capacidades físicas y psíquicas para ponerse al volante, no solo les afecta a ellos, sino que también afecta al resto de usuarios". Lucas confía en los reconocimientos médicos y una mayor comunicación. Coincide con Monclús en que "probablemente esa persona tenga que ser apartada temporalmente de la circulación". Además, afirma que no solo se trataría de un problema de conducción, sino que habría que "intervenir en esa persona y reconducirle hacia un programa de rehabilitación social, porque tendrá un problema también en su despacho, en su oficina o en su casa".

Reino Unido, el país con las campañas más agresivas

"En Reino Unido las campañas de tráfico son muy agresivas desde hace muchos años", indica Lucas. Es la propia sociedad la que es poco permisiva con ciertos comportamientos, son muy estrictos cuando se trata de las drogas o el alcohol. "Es curioso que en Reino Unido tengan mayor tasa de alcoholemia que España, pero pasadas esas tasas, las consecuencias jurídicas son muchísimo más graves, son implacables", afirma.

Otro punto importante en el país anglosajón es que las campañas publicitarias sobre concienciación al volante están financiadas por empresas privadas como AXA Seguros o DOE Test, una compañía dedicada a los exámenes de vehículos. "Imaginemos a una aseguradora o una empresa de coches mostrando de manera muy cruda un atropello", invita a reflexionar. "En España chocaría", añade. El país del brexit es el "país que menos accidentes tiene de toda la Unión Europea". Además de las crudas campañas, Lucas destaca su capacidad de anticipación en divulgación. Mientras aquí se comienza ahora a intentar prevenir los accidentes de la que se considera una de las dos amenazas emergentes más importantes, "hace 14 años sus campañas divulgativas Think ya estaban exponiendo el peligro que tienen los chavales jóvenes manejando el móvil siendo peatones", señala.

Manclús tiene grabada en su memoria una campaña surcoreana. En ella se muestra en forma de experiencia cómo un escaso minuto puede condicionar el resto de una vida. El spot recuerda "mantener los ojos en la carretera". En este caso, también se trata de un espacio producido por una empresa privada, el Grupo Volkswagen. 

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