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Raciones de calamares, bocatas, carajillos... el negocio más 'apetitoso' de Púnica

Marcos Martínez Barazón y la lista de precios de las consumisiones de las adjudicaciones que se iban a amañar.

De la reputación 'online' para políticos a la venta de raciones, cafés, cubatas y bocadillos en dos bares de una estación de esquí. El auto dictado este miércoles por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 6, Eloy Velasco, por el que transforma las diligencias previas de la segunda pieza del sumario de Púnica en procedimiento abreviado como paso previo para enviar al banquillo a cinco imputados , dos de ellos cargos públicos, revela como las 'andanzas' de la trama Púnica en la provincia de León intentó adjudicarse varios contratos relacionados con "la dinamización, mejora y explotación" de las pistas de esquí de San Isidro. Entre ellos, la gestión de la cafetería 'El Rebeco' y del Hostal Restaurante 'Pico Agujas', que presuntamente iban a ser otorgada a empresas vinculadas al experto informático Alejandro de Pedro, también encausado en esta pieza. Vozpópuli ha tenido acceso los pliegos técnicos de los expedientes 622/14 y 859/14, referidos a dichos establecimientos, en los que se detalla las condiciones de los contratos, entre ellas los precios máximos a los que debían ser ofertados a los clientes las consumiciones. Desde los 0,46 de la ración de pan, los 1,11 de la taza de caldo y los 1,39 del café (más IVA), hasta los 12,96 euros de las raciones de pulpo y de gambas a la plancha. El juez detalla en su último escrito que dichos documentos fueron alterados y corregidos con la intervención del entonces presidente 'popular' de la Diputación, Marcos Martínez Barazón, para incluir "criterios de valoración" que iba a permitir que dichos concursos fueran ganados por la red de corrupción.

El juez considera que el entonces presidente de la Diputación, el 'popular' Martínez Barazón, permitió a la trama modificar el pliego de los concursos a su conveniencia

Dicho auto detalla que para el amaño de los dos concursos, donde las prestaciones ya estaban establecidas por las licitaciones de años anteriores, el entonces presidente de la Diputación presuntamente envió los pliegos de los mismos "antes de ser publicados" a De Pedro y su socio, el ex alcalde socialista de Cartagena José Antonio Alonso Conesa, para que éstos corrigieran su contenido e insertaran requisitos que favorecían a las empresas que ellos proponían. En concreto, el magistrado detalla que incluyeron un punto sobre "iniciativas de revitalización de la estación y de comunicación". En dicho punto, según figura en la documentación del concurso que obra en el sumario y a la que ha tenido acceso este diario, se pedía a los aspirantes que propusieran "actos de comunicación y publicidad en medios de comunicación" así como la celebración de "eventos de carácter lúdico, deportivo, cultural y social" en las instalaciones de dichas cafeterías. Modificaciones en las que el magistrado considera que tuvo una "intervención directa" el propio Martínez Barazón, "quien personalmente remitió los pliegos a Alejandro de Pedro y luego se los reclamó con los cambios que habían realizado [...] para poder proseguir con su tramitación".

El magistrado especifica que en todo este proceso "se mantuvieron además reuniones y conversaciones" con otro de los imputados en la causa, el interventor de la Diputación Manuel Jesús López Sánchez, "funcionario en el que recae la obligación de velar por la correcta tramitación del procedimiento". Sin embargo, el juez considera que de las conversaciones telefónicas intervenidas por la Guardia Civil durante las pesquisas se deduce que éste tenía intereses económicos personales en la buena marcha" de dichas adjudicaciones "sino que colaboró activamente ayudando a buscar el procedimiento adecuado para que los contratos pudiera aprobarse en los términos y plazos acordados entre el presidente de la Diputación y Alejandro de Pedro". En este sentido, el auto del juez destaca unas palabras del primero en la que aseguraba que "el interventor éste es el primer interesado en que se haga porque tiene un huevo de terrenos en la zona, o sea que ha dicho que no va a poner ningún problema". Los 'pinchazos' también revelaron que el propio Martínez Barazón "participaría en una de las sociedades que tomaría parte en le proceso de licitación de los contratos de la estación invernal para acabar adjudicándoselo", como confirmaron en la Audiencia Nacional dos empresarios que iba a utilizar para ello. Uno de ellos, de hecho, había "facilitado" las dos empresas, Alianet SL y Harmony Cluster of Minds SL, que iban "a velar por los intereses de Alejandro de Pedro en el concurso", al que habían sido invitadas 13 mercantiles.

146.000 potenciales clientes

Los pliegos elaborados para dichos concurso, que finalmente no se adjudicaron por la detención de los principales implicados en octubre de 2014, han sido incorporados a la causa y en ellos se detalla desde el canon que iban a pagar las empresas que lo ganasen (3.000 euros por el bar El Rebeco y 4.000 por el Hostal Picos Aguja), así como las previsiones de coste de explotación de ambos establecimientos, y que rondaba en cada caso los 60.000 euros. Todo ello junto a las cifras de visitantes anuales de la estación en los últimos años, con una media de 146.000 esquiadores. El documento también incluía una larga relación de "artículos" que la Púnica debería ofertar si, como estaba previsto, se hacían con la gestión, con el detalle de los precios de venta máximos. Así, junto a los clásicos cafés, vasos de leche e infusiones, la trama debía ofrecer carajillos a 2,22 euros (más IVA), caldo (1,11 euros) o zumo de naranja (1,82) para los desayunos. Las bebidas alcohólicas tenían un lugar aún más destacado, con precios que iban desde los 1,85 euros del "chupito de licores de frutas" y el orujo, a los 5,56 euros de los combinados de ginebra, ron o whisky de marca, pasando por los 0,93 euros del botellín de agua, o los 1.02 euros del "corto de cerveza corriente" y el chato de vino. Sin olvidar los 2 euros por una copa de un tinto crianza de la Rioja o los 3,70 euros por un 'benjamín' de cava.

La documentación de los concursos estimaba en 12.572 y 16.762 euros el beneficio neto de cada uno de los dos bares gracias a una afluencia media de 146.000 esquiadores por temporada

La lista de comidas que debía ofertar también era amplia. Así, la bollería iba desde los 0,69 de una magdalena o un 'sobao', a los 1,36 euros por los 'donuts', 'palmeras' o la tostada "con mantequilla y mermelada. En el apartado de raciones calientes se incluía pulpo (12,96 euros), jamón asado a la plancha (7,27 euros), calamares fritos (9,09 euros), croquetas (7,27 euros), cecina de chivo (9,09 euros) o gambas a la plancha (12,96 euros). Junto a ellas, "raciones frías" de ensaladilla rusa (7,27 euros), embutidos diversos o el pincho de tortilla de patata (1,85 euros). Para terminar, la carta debía incluir una docena de sandwichs y bocadillos, cuya medida debía situarse entre los 15 y 17 centímetros de longitud. Todos ellos situados entre los 1,85 euros del sandwich "mixto" y los 6,02 euros del "bocadillo filete ternera". Con estos precios, el pliego de condiciones calculaba en 12.572 y en 16.762 euros el beneficio que la empresa adjudicataria respectivamente del bar 'El Rebeco' y el hostal 'Picos de Aguja' por temporada de apertura de la estación, que duraba unos tres meses. Un beneficio para la Púnica no muy elevado, pero sí 'apetitoso' que ahora está a punto de llevar al banquillo de los acusados a cinco personas.

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