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Errejonistas y 'anticapis' desmontan a los pablistas: "No hay pelea, sino debate"

Pablo Iglesias, junto a Juan Carlos Monedero, cofundador de Podemos.

La interpretación que el grupo afín a Pablo Iglesias, líder de Podemos, ha hecho de los últimos intercambios dialécticos con el sector de Íñigo Errejón no ha gustado lo más mínimo a esta corriente. Tampoco ha sido bien vista por los anticapitalistas, los terceros en liza de cara a Vistalegre II. Y es que los oficialistas o pablistas han enmarcado las demandas de los errejonistas en un clima de "pelea", que, a juicio de éstos, no es tal. Los afines a Errejón cuestionan que el "nuevo mantra que no paramos de escuchar en nuestra organización" sea el de "no os peleéis; debatir sí, dividir no". Para estos integrantes del ala moderada del partido, en realidad, "no hay pelea, sino debate", enfatizan.

En un mensaje difundido a la bases a través de la redes sociales, los errejonistas se preguntan: "¿Qué es Podemos: un recreo de colegio o una organización política? ¿Dónde está la línea que separa el debate de la división?". En opinión de los alineados con la apuesta 'Recuperar la ilusión', la respuesta ya la ha dado el propio secretario Político y número dos de la formación morada: "Si queremos que Podemos sea una fuerza mayoritaria y unida debemos tener un debate de ideas abierto porque todas somos necesarias, pero nadie imprescindible".

En esta línea, los errejonistas también muestran su rechazo a la "manida frase" de que "la izquierda siempre ha fracasado por su desunión". En opinión de los leales al portavoz parlamentario en el Congreso, "la clave no es la unión de la izquierda, sino la unión en torno a consensos de una mayoría social que ha sido golpeada por la élites de este país durante los últimos años.

Así, remiten a las palabras de Jorge Moruno, mano derecha de Errejón, miembro del Consejo Ciudadano estatal y uno de los impulsores de Podemos: "Somos muchas más las que no queremos desahucios, las que queremos una educación y una sanidad pública o una justicia universal y despolitizada". Uno de los principales objetivos del sector moderado de Podemos es atraer al partido a "los que faltan".

Entre los pablistas, el profesor Juan Carlos Monedero, fue uno de los que, tras la carta enviada por Iglesias a la militancia pidiendo perdón, declaró que "la pelea se ha terminado". En este sentido, en un acto junto al secretario de Organización, Pablo Echenique, aprovechó la ocasión para lanzar un dardo a los errejonistas. En su opinión, hubo "cierta ingenuidad" en una formación "joven", que ha afrontado "siete elecciones en dos años", al pensar que "las discusiones en los medios podían ayudar a clarificar". A su entender, "ha sido al revés. Lo único que han hecho ha sido ruido y los militantes no quieren ese ruido", subrayó.

Los 'errejonistas' sostienen que "la clave no es la unión de la izquierda, sino la unión en torno a consensos de una mayoría social"

Por su parte, los anticapitalistas también han reaccionado al cruce de mensajes entre pablistas y errejonistas. En un artículo publicado en la revista Viento Sur y firmado por Brais Fernández y Raúl Parra, los trotskistas destacan que "los debates políticos y las polémicas son parte del movimiento real". Así, sostienen que "no hay que huir de los debates, sino afrontarlos con tranquilidad y compañerismo, con claridad y mucha política".

Lo contrario, según estos anticapitalistas, "puede ser producto de un cansancio honesto de gente a la que las diferencias les molestan por verlas ajenas a su problemática o bien de un aparato incapaz de gestionar las discrepancias y que trata de liquidarlas con la consigna de la 'unidad', eso sí, en torno a sus intereses de fracción". Toda una llamada de atención a los pablistas que copan puestos de responsabilidad en la dirección de Podemos.

Igualmente, los autores del artículo Obrerismo y clasismo en el movimiento del cambio coinciden con los errejonistas en la necesidad de no caer en los vicios de la izquierda del pasado. "Con el tema de las clases (populares) que nos ocupa, hay un primer riesgo claro: volver a la vieja costumbre de los partidos comunistas, inaugurada en la época de Stalin, de arrojar a la cara los orígenes sociales de la gente para desacreditarla. En realidad, si eso se hiciese en Podemos y en el activismo 'del cambio', el resultado sería desastroso", pronostican.

Aviso a Mayoral

Además, estos trostkistas lanzan otra seria advertencia a raíz de unas recientes palabras de otro destacado pablista, Rafael Mayoral. El secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y los Movimientos Sociales de Podemos manifestó hace unos días que su jefe está "sacrificando" una parte importante de su vida por el partido. Fernández y Parra le dirigen, sin citarle, el siguiente aviso: "Tengamos cuidado tanto de darles mucho crédito a las quejas sobre su 'sacrificio' y la 'vida que se están dejando' por estar en política, como de convertirnos en la caricatura que Vázquez Montalbán hacía de Manuel Sacristán en 'Asesinato en el Comité Central': el intelectual desclasado, que extrema su obrerismo para tratar de compensar su culpa, pero que objetivamente, cumple la función de martillo de herejes del aparato burocrático".

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