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De Errejón, Prisa y cómo Madrid bien vale una purga

El secretario de Análisis Estratégico de Podemos, Íñigo Errejón.

El hugonote Enrique IV se convirtió al catolicismo para poder reinar. Y ahora el ecléctico Errejón ha tenido que renunciar por mandato de la superioridad a su rol de tertuliano estrella en el universo prisáico. "Paris vaut bien une messe" (París bien vale una misa), pronunció el Borbón, tan resignado como sabedor de que su deseo, llegar al trono de Francia, estaba un poco más cerca. Al exnúmero dos de Podemos, al que fuera jefe de las contiendas electorales para asaltar a los cielos, le ha ocurrido otro tanto, confiesan fuentes internas. La Puerta del Sol -sede la Presidencia de la Comunidad de Madrid- vale cualquier sacrifico, incluso cuadrarse y no rechistar lo más mínimo ante una purga de libro.

La cúpula pablista impidió a Errejón acudir este martes a su habitual ventana radiofónica de Hora 25 en la cadena Ser. Una tertulia, moderada por la periodista Àngels Barceló, a la que el verbo más locuaz de Podemos se asomó semana tras semana durante los tres últimos años. Pero el dueto Iglesias-Montero esgrimió que la Ejecutiva estatal había decidido aplicar aquí la rotación y la feminización de las portavocías conforme a la nueva política de comunicación salida de Vistalegre II. Lo cierto es que Íñigo no participaba en este coloquio como portavoz de Podemos, sino como invitado del programa conducido por Barceló. No siendo una cadena pública, ha correspondido siempre a los directores de estos programas escoger a los colaboradores con los que, a su juicio, se podía ofrecer el mejor producto a la audiencia, en este caso, de contraste de opiniones.

Sin embargo, el aparato de Podemos quiere imponer a los medios privados las voces del partido con las que contar, como si la libertad de prensa fuera un elemento más en manos de las fuerzas políticas para moldearlo y estrujarlo en función de intereses espurios. La pataleta de Irene Montero, que quiso parapetarse a un micrófono de la tertulia pese a no estar invitada, está a la misma altura que los insultantes epítetos que ella y su compañero Iglesias dedicaron a esta cadena cuando destapó el escándalo del piso de protección oficial del senador Ramón Espinar. Ambos llamaron "máquina del fango" a un medio de comunicación que únicamente estaba haciendo su trabajo, cumpliendo su compromiso con oyentes y lectores.

Lo que realmente llama la atención es el modo en que Errejón ha transigido con esta purga, porque ello desvirtúa su sentido de lealtad

Que el séquito de Iglesias actúe de esta manera no sorprende en absoluto, porque él mismo se ha encargado de dejar claro que los medios de comunicación, ya sean públicos o privados, "tienen que tener un mecanismo de control público". La institucionalización de la censura al más puro estilo bolivariano.

Lo que realmente llama la atención es el modo en que Errejón ha transigido con esta purga, porque ello desvirtúa su sentido de lealtad. Hasta ahora había sostenido que "mi única forma de ser leal (a las siglas) es decir la verdad". Pues las ondas de Hora 25 le brindaban una oportunidad estupenda para decir esa verdad, teniendo detrás, además, el apoyo de muchas almas de Podemos.

"Podemos puede elegir sus portavoces. He aprendido mucho en @hora25. Un placer participar cuando toque. Hoy lo importante es otra cosa", reaccionó Íñigo en su cuenta de Twitter, desviando el foco a los casos de corrupción que salpican a PP. La más estoica de las respuestas si no fuera porque el "puede" ya habla por sí sólo. El actual secretario de Análisis Estratégico no dice que Podemos elige a sus portavoces, sino que "puede" hacerlo, dejando entrever que lo contrario, dar libertad a sus oradores como hasta ahora, era también una opción.

No obstante, Errejón ya sabía lo que se le venía encima, pues tal y como contó Vozpópuli en la campaña del último Vistalegre, una de las disputas soterradas que mantenían entonces pablistas y errejonistas era evitar que hubiera luego una "purga mediática" del bando perdedor. Al final la hubo, y eso que los fieles de Iglesias avisaron: veían y ven una contradicción que alguien pueda defender ante la audiencia un proyecto político que, sin embargo, ha cuestionado durante meses y no comparte, por mucho que ese alguien acepte trabajar "codo con codo" tras la derrota.

Seguir en el machito

¿Por qué ha soportado Errejón con semejante serenidad tal afrenta? El discípulo de Laclau ha vuelto a aplicarse, comentan también los suyos en privado, la misma máxima con la que decidió disputar a Iglesias un Podemos más aperturista: "Voy a estar en el lugar más útil para el proyecto". Ahora, ese lugar está en preparar su candidatura a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en las elecciones de 2019, según pactó con el secretario general tras el desenlace de Vistalegre. Errejón sabe que tiene que seguir en el machito y tragarse más de un sapo para poder ser el cabeza de cartel de Podemos que dispute a Cristina Cifuentes (PP) el cetro regional. Lo de lanzar una nueva plataforma, tipo escisión, ha quedado desdibujado. Aunque todo puede ocurrir. Su web particular continúa incorporando contenidos.

Entre los errejonistas, la jugarreta del martes ha generado tanto cabreo como indignación. Pero estos afines también han puesto las próximas autonómicas de Madrid por delante de la confrontación interna. Lo expresaba así Germán Cano, exconsejero estatal de Podemos, en su cuenta de Facebook: "A pesar de todo, el partido sin duda seguirá contando con los mejores". Errejón no quiere líos, y pese a la lluvia fina de desaires, se siente respetado para liderar la lista de Podemos a la Comunidad, previo paso por primarias. Prueba de ello ha sido, en estas semanas, que Iglesias le mantuviera al tanto del impulso de una moción de censura en la Asamblea de Madrid a raíz de la Operación Lezo. De momento, el exnúmero dos de Podemos ve más luces que sombras en su camino y sigue avanzando: "Paso corto, mirada larga".

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